Redacción/El Sol de Nayarit
Un día como hoy pero de 1870 nació en la ciudad de Tepic el reconocido poeta Amado Nervo, quien llegaría a convertirse en un ícono de la literatura mexicana y un referente ineludible del arte nayarita.
Para recordarlo te presentamos algunos detalles de su vida y obra.
-Conocido como Amado Nervo, el verdadero nombre del poeta fue Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz, pero decidió firmar sus obras como Amado porque así lo llamaba su padre.
-Tras la muerte de su padre, Nervo fue enviado a estudiar a un Colegio de Padres Romanos en Jacona, Michoacán y, posteriormente, al prestigioso seminario de Zamora donde cursó la preparatoria y entre otras asignaturas, cursó una sólida formación literaria y humanística que luego sería evidente en su obra.
-Después inició la carrera de Derecho natural, sin embargo los problemas económicos que atravesaba su familia lo hicieron regresar a Tepic de donde luego partió a Mazatlán.
-En esos años, Nervo encontró el sustento en el periodismo, profesión que desarrolló primero en Mazatlán, en El correo de la tarde, donde colaboró con traducciones de inglés y francés, escribió crónicas, redactó reportajes, pergeñó reseñas de eventos y editoriales.
-Más tarde, en 1894, decidió trasladarse a la Ciudad de México, donde continúo trabajando como periodista y logró abrirse camino en la Revista Azul. Posteriormente junto a su amigo Jesús E. Valenzuela (1856-1911) fundó la Revista Moderna. Estas dos publicaciones fueron el resultado de las ansias e impulsos modernistas que aparecieron, en aquella época, en todos los rincones de la Latinoamérica literaria y artística.
-En 1900, el diario El Imparcial lo envió como corresponsal a la Exposición Universal de París, y al ser cautivado por la ciudad francesa decidió residir ahí durante dos años, tiempo en el que entabló una amistad con el gran poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916).
-Además, en París, conoció a Ana Cecilia Luisa Dailliez, con la que compartió más de diez años, y cuyo prematuro fallecimiento fue el doloroso manantial del que emanan los versos de La amada inmóvil (1922), Nervo consideraba su obra como parte imprescindible de su más dolorosa intimidad.
A 145 años de su natalicio la mejor forma de honrar su memoria es leyendo su obra.
Con información de Publímetro.
Comentarios
NO FUI INVITADO
2015-08-27 17:24:26
Que raro que Manuel Cota quien es admirador de Amado Nervo en esta ocación no me invito a celebrar este acontecimiento, lo mas seguro es que con tantas ocupaciones se le paso invitarme a la celebración.