Redacción/El Sol de Nayarit
La caída en la producción del café por la roya y el bajo pago a los campesinos por el producto colectado propició que potreros y sembradíos que necesitan la luz del sol desplacen a los cafetales y con ello los árboles que les dan sombra.
Productores de la Sierra de Atoyac, en Guerrero, aseguran que la siembra de café en la zona, uno de los principales cultivos que les da sustento está a punto de desaparecer por las plagas.
El problema del café no únicamente amenaza a la economía de los productores de la región, ya que la planta es parte de la riqueza forestal, un amortiguador ecológico que detiene la erosión y retiene el agua.
En el 2001 de acuerdo con datos del entonces Consejo Mexicano del Café, había 50 mil 773 hectáreas y un registro de 10 mil 497 productores, 15 años después se redujo a 40 mil hectáreas cultivadas, detalló el presidente de RASA.
Por su parte, el delegado estatal de la Sagarpa, Mateo Aguirre Arizmendi, informó el 17 de febrero que el número de hectáreas fluctúa entre 25 mil y 30 mil.
La baja en las hectáreas cafetaleras lleva también a la reducción de los bosques, como sucedió en San Vicente de Benítez en la sierra baja de Atoyac. Francisco Vega Rigueño, que nació cuando estaba el auge del café, recordó que antes de la roya la plaga de la broca afectó pero no a los niveles de la roya.
Por otro lado el cultivo de amapola crece de los 31 laboratorios clandestinos de goma de opio desmantelados por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en los últimos seis años, 18 se han desmantelado en Guerrero y el resto en otros estados del país, según reveló una solicitud de transparencia realizada por el diario El Sur.
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