MC Ramón Larrañaga Torróntegui
Lunes, 26 de Mayo del 2014. 4:51:19 pm
Letra más grande
Mientras vamos creciendo y construyéndonos como personas, también adquirimos creencias sobre lo que está bien y lo que está mal y las implementamos en la vida cotidiana, lo cual considero que es parte del crecimiento usual de cualquier ser humano. El problema es que los conceptos de bueno o malo, al ser subjetivos, pueden diferir e interferir con la opinión de otra persona y constituir el origen de un conflicto. Que exista un desacuerdo es inevitable e incluso puede ser un desencadenante de evolución, ya que manejado adecuadamente serviría para satisfacer las necesidades de las partes involucradas, o incluso para resolver algún dilema científico y romper un paradigma. Pero tocado desde la igualdad de las ideas personales, puede llegar a ser causa de terribles injusticias, algunas de imposible reparación.
Si, alguien es falso en su decir y apariencia, es el ente manipulador. Son seres que no pueden ser ellos mismos al vivir de la apariencia, es desconocida para ellos, Ni, se conocen, mucho menos se comprenden pero eso sí, se aceptan con todas sus mentiras y voluptuosidades. Los humanos deberíamos cimentarnos dándonos el tiempo para pensar en lo que valoramos y considerar cuál es la esencia de lo que somos y estamos hechos al ser parte integral de nuestra vida, desgraciadamente no estamos hechos de esa materia.
La tarea principal es prepararnos, leer, escuchar, analizar, tratar de pensar en que cosas son importantes, a cuales debo dar prioridad qué tipo de cosas harías o no te gustaría hacer y actuar de acuerdo con eso. Descubrir a base de prueba y error lo que deseo y detesto, no solo con lo que quiero o lo que me interesa sino definir en el todo y tomar ese algo con lo que te sientas cómodo. Puede que te sientas cohibido, pero con el tiempo y la gente adecuada, aceptarás a tu yo real. No te sorprendas, este tipo de reflexión nos pone en la antesala del conflicto al ser la escala natural en esa variedad incluyente de lo que hemos vivido tanto sociales, culturales, religiosos y el compartir con esas personas que llamamos amigos, familiares, conocidos, libros, personas que te inspiran, fuentes educacionales, etc. Lo que importa es que continúes trabajando en estos conflictos para resolverlos y descubrir los valores que más te representan.
El pasado nos ancla sin permitirnos crecer, mejorar. Sus errores los paseamos durante años sin que nos dejen en paz y en ocasiones los sacamos a la luz como un comportamiento que a pesar de que fue erróneo nos queremos sentir orgullosos en haberlo vivido Olvidar No se puede y sentirse orgulloso Es vanidad La decisión fue tomada en aquel momento con sus diferentes circunstancias y si fallaste es porque aceptaste el reto, tenias tus motivos y tenían sentido en aquel entonces, así que en lugar de atarte a los fallos del pasado, aprende la lección y sigue creciendo.
Las personas que se quedan pegadas en el pasado se sienten orgullosas en estar estancadas, parecen felices pero en el fondo lloran gotas de sangre al estar insistiendo en que nada ha cambiado para ellos que son incapaces de aceptar nuevas ideas, aprender de los demás o crecer. Puede que crean que están siendo ellos mismos, pero en realidad están esclavizados en el recuerdo y una imagen particular de ellos mismos que deberían haber dejado escapar hace mucho. Crecer en cada etapa es esencial para mantenerte fiel a ti mismo y permanecer sano emocionalmente.
Podrá haber motivos de conflicto que deban ser solucionados de acuerdo a alguna normativa, como aquella que previene la paz pública y protege nuestra vida y patrimonio.
Existen conflictos, que a pesar de ser pequeños, inciden en nuestra existencia y en la de los demás de alguna manera, mermando nuestra calidad de vida y distanciándonos poco a poco de nuestras amistades y familiares. La mejor forma en morir en vida es: Odiarte a ti mismo, despréciate, calumnia a quien este cerca de ti, pensar que no mereces la vida que estas llevando, que las gentes no están a tu altura. Cambiar es ser feliz, congratulándote con tu vida cotidiana, tu trabajo, amigos, mamando a los demás, es importante saber que la compasión es sinónimo de empatía, nunca de lástima. Nadie que sufra odiando, está en condiciones de querer o ser querido. No puedes acceder a una persona demasiado inmersa en sí misma, ni ellos pueden acceder a ti. No les queda espacio, y por ello la soledad es enorme.
Son los pequeños detalles, de los que involucran la forma de ser y de pensar de las personas, que marcan también la individualidad que nos une y al mismo tiempo nos separa. Nuestra forma de hablar, de vestir, de peinarnos, e incluso de vivir, no debería ser motivo de crítica, si esas costumbres no ponen en riesgo los derechos de los demás.
Sin embargo, la cultura en la que crecemos nos hace creer que existe un modo adecuado de ser, una forma preestablecida de vivir, ciertos lineamientos que no se deben transgredir si no queremos ser rechazados por los demás, o encasillados dentro de ciertas categorías negativas, en un juicio perenne que la sociedad impone sobre sus integrantes para poder aceptarlos, y que en lo personal repetimos en nuestro entorno, separándonos, recluyéndonos y limitándonos mutuamente, hasta que tenemos la forma adecuada o que consideramos adecuada para encajar en la cajita de lo aceptable. Pero ¿qué está bien y qué está mal? ¿Por qué cierta forma de vestir o de peinarse puede suponer rasgos inaceptables de personalidad? ¿Quién lo dice? Y sobre todo ¿cómo afecta esto a la gente que nos rodea?
Nadie es uno mismo cuando estamos preocupados por lo que piensan los demás y terminas comportandote como ellos quieren ¿A quién le importa lo que los demás digan? Ser socialmente rechazado duele. Si estás en una situación forzado a pasar la mayoría de tu tiempo con un grupo de gente que no te soporta por sus motivos, es peligroso internar sus ideas negativas de quién eres.
Es más sano prestar atención a personas que valoras genuinamente y con las que estás de acuerdo. Unos pueden alabarte sólo por su beneficio. Esto puede llevarte por el mal camino. Si estás solo, está bien. Piensa en cómo las personas cercanas de tu vida se preocupan por ti. Después compáralos con quienes se meten contigo. Todos debemos preocuparnos por la opinión de la gente a quien admiramos y respetamos.
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