Artículo de opinión

Michoacán: “manejo” y represión

Omar Carreón Abud/El Sol de Nayarit

Martes, 19 de Agosto del 2014. 11:27:10 am

Letra más grande

Es absolutamente necesario volver una y otra vez a recordar y a citar las garantías sociales que luego de una revolución sangrienta pudieron ser plasmadas en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, más ahora que la pobreza lacerante y la injusticia insultante, azotan a la inmensa mayoría de los mexicanos. No existe la alimentación suficiente, no hay vivienda digna ni salud tranquilizadora, no hay educación de calidad y, como correlatos y complementos indispensables, la corrupción y la riqueza de las élites gobernantes, aparecen cada vez más grandes y escandalosas. Por todo ello protestamos los michoacanos que formamos parte del Movimiento Antorchista Nacional y nadie se atreve a decir públicamente que no tengamos razón o que lo que decimos es falso y, precisamente a causa de ello, las autoridades afectadas tienen que pagar gozquecillos o anónimos, o las dos cosas, para que nos llamen mugrosos, enemigos del comercio establecido y el turismo, ante la falta total de argumentos, tienen que recurrir a la guerra sucia.

Pero como ningún movimiento de profunda raigambre social ha sido destruido con periodicazos ni con majaderías, seguimos protestando. El ingenio popular ha creado, después de años de padecer las argucias de los políticos del sistema, muchas expresiones muy precisas -como todo lo que surge de la experiencia del pueblo- para designar personas y actitudes frecuentes y persistentes de la llamada clase política. “Tapado”, podrá llegar a ser una aportación nacional a la política mundial; “compadre”, va mucho más allá de una ceremonia religiosa; “asesor”, es, o una ambicionada sinecura, o una manera de hacer a un lado con sueldo; “mi amigo”, un signo de distanciamiento; “te llamo”, no me interesas; y así, hasta llenar un monumental diccionario; destaca entre todas ellas, y la conozco porque la padezco a diario con mis compañeros, la expresión “manejo”, que significa posponer una entrevista indefinidamente o realizarla declarando la firme voluntad de atender y resolver, la confesión (privada, por supuesto) de amistad y reconocimiento que se les profesa a los solicitantes, pero, siempre, ante todo, sin resolver nada; “manejo” implica necesariamente que el funcionario dispone de la paciencia necesaria para realizar una serie de entrevistas infructuosas en las que repite la misma predica, para seguir así hasta las calendas griegas, sin resolver nada; y, debo reconocer que hay funcionarios públicos que son verdaderos artistas del “manejo”.

“Manejo” es, pues, la negativa apenas enmascarada, es, por tanto, una de las formas de la represión de la inconformidad social. “Manejo” y represión abierta son complementarios y se transforman el uno en el otro pero siempre con el propósito de proteger los intereses de las clases privilegiadas. Durante los últimos días me he preguntado si esa habrá sido la misión que se ha trazado al nuevo gobierno del estado, las causales inmediatas de la duda se encuentran en que durante las últimas semanas, con paciencia y buena disposición, los representantes de decenas de miles de afectados, de auténticos damnificados por parte de los gobiernos michoacanos, nos hemos presentado todas las veces que se nos ha llamado, a las oficinas del nuevo secretario de gobierno, el Maestro en Ciencias Jaime Darío Oseguera, le hemos explicado los problemas, los hemos fundamentado y vuelto a fundamentar y se nos ha ofrecido solemnemente que se van a atender y... nada. Sólo “manejo”.

Nos hemos dirigido en múltiples ocasiones a las últimas cuatro administraciones (o como se les deba llamar), de la Secretaría de Educación en el estado, incluida esta, para reclamar soluciones al hecho craso, brutal, de que Michoacán sea campeón nacional de escuelas de palitos, tenga centenares de escuelas “no reconocidas” y maestros sin sueldo que deben mantenerse de la colecta pública y, siempre, sin excepciones, se nos ha dicho (también en esta administración) que todo se va a resolver y… nada. No omito agregar que en este rubro queda comprendida la escandalosa represión política hacia dos maestros antorchistas a quienes desde hace 14 años no se les ha pagado la jubilación a que tienen absoluto derecho por los servicios que durante toda su vida prestaron a los niños y jóvenes de México; queda comprendido, asimismo, el problema de los maestros del Plantel Maravatío del Colegio de Bachilleres que se defienden de su expulsión por parte de elementos mandados por los líderes charros del sindicato de la institución. Juntas, reuniones, entrevistas, pláticas y… nada. ¿Se configura la categoría política de “manejo”?

Hemos declarado públicamente muchas veces que los cuatro diputados federales miembros del Movimiento Antorchista Nacional, consiguieron con su trabajo que al estado de Michoacán, a sus habitantes más pobres, se les etiquetaran 63 millones de pesos para obras y servicios elementales en el Programa de Egresos de la Federación 2013, que esas asignaciones aparecieron publicadas en la Gaceta Oficial, que llegaron a la Secretaría de Finanzas, dependencia que firmó de recibido en convenios oficiales, que a algunos constructores se les entregaron magros adelantos y que, a la fecha, las obras están paradas y que nada se dice acerca del paradero de los recursos federales. En este problema está comprendido el auxilio urgente a los damnificados por el huracán Manuel ¡de septiembre de 2013! –pronto se cumplirá un año de encendidas declaraciones- de la zona de Huetamo, cuyos recursos fueron también entregados a la Secretaría de Finanzas del estado y no aparecen y no se entregan; los damnificados viviendo refugiados como animales un año y la autoridad violando la ley ¿no es para protestar? Y el señor secretario de Finanzas, García Pueblita, ni siquiera atiende a los quejosos; se va configurando la represión.

Y va apareciendo más abierta todavía: hay un sujeto en la Secretaría de Salud, un tal Gabriel Cid Mercado, que dice que es secretario particular del nuevo secretario del ramo, pero que es en realidad un patán que a gritos les dijo a mis compañeros en una entrevista en la que le solicitaban que cumpliera los compromisos de comisionar a otra parte a los médicos corruptos vomitados por el pueblo de Hidalgo: “Tengo instrucciones del Señor Comisionado de sacar a Antorcha de los asuntos de la salud”. ¿Tendrá esas instrucciones? Y si en Antorcha está organizado buena parte del pueblo de Hidalgo ¿quién quedará “dentro de los asuntos de la salud” señor Cid? ¿Los médicos corruptos? ¿Usted? Según esta gente, el pueblo sólo debe obedecer y callar, aunque se esté muriendo de gravísimos padecimientos renales, como en Ciudad Hidalgo. Estamos, pues, ante otra forma de tratar de contener los reclamos populares.

Así están las cosas hoy en Michoacán. Y nadie puede negarlo. Hacemos un llamado respetuoso al gobernador del estado, al Doctor Salvador Jara Guerrero, para que intervenga, ponga un alto definitivo al “manejo” político, por una parte, y evite que funcionarios proclives al garrote, por la otra, lleven al estado a una espiral de represión que, a no dudarlo, será la gota que derrame el vaso de la inconformidad social, ya bastante colmado (y tampoco nadie puede negarlo).