Filosofía marismeña

México: País de analfabetas

MC Ramón Larrañaga Torróntegui

Viernes, 19 de Septiembre del 2014. 6:53:04 pm

Letra más grande

Observando a mi nieta pequeña, me lleva a reflexionar ¿qué hacer para enseñarle el mundo? ¿Cuándo es el momento para aprender, cuándo el de jugar, cuando el de aprender jugando? Unos años más y entrarás al jardín de niños (Preescolar) ¿Llevarte a un lugar a que te cuiden o a un lugar en donde aprendas? siento que no eres un objeto para llevarte a que te cuiden como objeto, no me gusta esa idea, pero tampoco quiero un lugar en el que la instruyan a ser, no quiero un lugar en el que mi nieta sea atendida y no escuchada pero tampoco quiero un lugar en el que la escuchen pero no la respeten.

Y me pregunto ¿Sabré que quiere ella? El respeto al crecimiento del niño y me digo “Yo, estaré a tu lado para guiarte, para mostrarte pero tu serás la que aprenda” Y de repente todo esto me suena, me suena a Didáctica Magna ( Juan Amos Commenio), me suena a Organización escolar (Margarita Palacios), me suena a sociología de la educación... me suena a mis asignaturas, dónde se nos decía que nosotros los maestros somos quienes guiamos y orientamos al alumno en el recorrido pero que debemos facilitar el aprendizaje y con facilitarlo no significa imponerlo sino poner a su alcance las herramientas necesarias para que por sí mismo lo adquiera.

Pero entonces ¿Por qué se nos olvida a los profesores y padres de familia? ¿Por qué, nos sentimos con el poder de hacer y deshacer a nuestro antojo de inculcar y meter conocimientos en los niños como si de un garrafón de agua vacio se tratara, por qué nos empeñamos en no dejarles pensar?

La gran mayoría de personas en este país, conocen las letras pero no saben leer, no cuentan con la capacidad para comprender lo que están leyendo a pesar de que lo escrito esta en nuestro idioma. Los estudiantes en todos los niveles no entienden lo que leen “Es preocupante” Y esto esconde un problema mayor en el sistema educativo nacional, así como la ineficiencia de quienes dirigen el sistema educativo mexicano. Los mexicanos leen poco y no entienden lo que están leyendo, más del 50% de las personas mayores de 30 años se declaran que no leen o se dedican a hojear de vez en cuando un diario y aseguran que no lo hacen porque no les gusta.

Cada mexicano lee un libro por año, es decir para alcanzar esta cifra existen mexicanos que leen por los que no leen absolutamente nada. Las personas se quejan de que los libros están muy caros, que las bibliotecas están llenas de libros viejos con temas pasados de moda y sin actualizar, además de que sus horarios o prestamos son muy limitados. Las bibliotecas escolares “Ya, no existen” Lo que sí es cierto es que la propia familia muestra desinterés en la lectura, no inculca a los hijos el habito desde edades tempranas y de la escuela, que no exige ni enseña niveles superiores de comprensión y no promueve volúmenes superiores de lectura durante el año, así como tampoco se preocupa por formar adecuadamente a sus docentes en temas relativos a la lector/escritura.

A leer se aprende leyendo, se aprende con la práctica. Y en la medida en que la lectura, la escritura y la capacidad argumentativa están estrechamente ligadas, si continuamos siendo un país que conoce las palabras escritas, pero no entiende lo que lee, difícilmente seremos un país que sea capaz de dialogar críticamente sobre los problemas que nos aquejan, y ese es el primer paso para solucionarlos. Sin educación no habrá futuro.

Debemos ser conscientes de la realidad educativa que tenemos y en función a ella, comenzar realizando los cambios, no podemos obviar que esa realidad existe, que ese sistema educativo está ahí, no podemos vivir de espaldas a lo que ocurre creando nuestro país de las maravillosas reformas educativas llegadas desde el exterior con la finalidad de complacer al banco interamericano y mundial. ¿Por qué a los niños que aún no empiezan la primaria los enseñan a leer, les inculcan matemáticas? ¿Por qué los vuelven rutinarios? (El estar en clase sentados durante prácticamente todo el día escuchando a sus profesores. ¿Qué pasaría si mi nieta antes de llegar a primaria aprende un montón de cosas que los otros niños no lo han hecho, ni imaginan que existan? Los niños que no asisten a un preescolar (Se quedaron en casa)

A esos niños no les corresponde elegir, y les toca la escuela más cercana a su casa y por mucho que siga el ritmo de sus compañeros no lograra alcanzarlos y si la maestra (o) detiene a los que saben se aburrirán en estar sentados mientras los otros aprenden a leer y a escribir. La verdad es que para que todo cambie debemos partir de lo que ya existe, realizando modificaciones en lo ya existente y exigir que en el preescolar “No, se les enseñe a leer” No debemos olvidarnos que educamos a nuestros hijos para que sean únicos pero que educamos a nuestros hijos en la sociedad, y la sociedad que ahora tenemos es esta, en la que todo el mundo nos dice que hay que hacer.

Quiero que mi nieta sea una persona libre con su propio criterio, capaz de cuestionar todo lo que se le diga, pero también quiero que sea capaz de ser un ser social, que aprenda a ser una persona única, con sus intereses, con sus convicciones, con sus ideales, que aprenda a ser y pensar en un entorno que la respete a la vez que la escuche, que no le diga lo que hay que hacer sino simplemente la acompañe, que descubra y explore el mundo que vamos a dejar en sus manos.