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Filosofía Marismeña

Estudiar carrera militar

Mc Ramón Larrañaga Torróntegui

Domingo, 19 de Octubre del 2014. 4:23:02 pm

Letra más grande

Aquella lejana noche mientras estábamos sentados cenando en la casa. En un momento de silencio mi hermana mayor le decía a mi padre, quien sereno la escuchaba, como si tratara un asunto de relevante importancia.- Comunicó a todos que había decidido inscribirme en una escuela militarizada. La primera reacción fue de asombro. Nadie había pensado en la posibilidad de que se me confinara en una escuela de esa clase. Podría tratarse de una estrategia de corrección, pero el anuncio impuesto de manera tan solemne tenía más cara de ocurrencia nocturna que de otra cosa.

Sin embargo, las bromas estaban descartadas para hacérselas a mi padre y menos por una hija quien quería establecer su poderío por el hecho de que empezaba a contribuir en el gasto familiar como producto de su cheque de maestra. Después del anuncio comenzó una larga discusión que despertó lágrimas en mi madre, una mujer de sangre tranquila, y noble en sus actos. De ninguna manera consentiría que su hijo, con sus escasos 17 años de edad, se transformara en ¡Un soldado! mi padre, por su parte, no solaparía que su hijo fuera educado con una disciplina tan ingrata y desgastante. Me sorprendió ver llorar a una mujer de su carácter, pero lo que más me intrigaba era el hecho de que lo hiciera por mi causa.

Si me ponía a hacer cuentas, aquella era la primera vez que soltaba unas cuantas lágrimas en mi honor. Había que celebrarlo. ¡Sólo a los descarriados se les inscribe en escuelas militares! -dijo mi padre.- Con su acento norteño. Sobre la mesa, alrededor de la que estábamos. Aún recuerdo que en el centro se encontraba una charola con piezas de pan dulce que mi madre compraba en el mercado del pueblo por las mañanas. Ella, acostumbraba guardar este pan dentro de una cacerola de peltre para que no se pusiera duro. Y, efectivamente, no dejábamos que se pusiera duro, mucho antes que eso ya estaba metabolizado y excretado.- No es una escuela de militares de carrera. -replicaba mi hermana mayor.-, son cadetes, estudiantes como otros cualquiera solo que llevan disciplina militar y se encuentra en la ciudad de México.

Creo que ha llegado el momento de que mi hermano se entere de que no ha nacido en un paraíso y se haga hombre, que le quiten las vagancias y sus ideas revolucionarias. Para saber que la vida no es un paraíso no hay que encerrarse en un cuartel, conteste en ese momento, muy molesto con mi hermana, con mi madre y mi padre quienes estaban decidiendo que hacer con mi vida, como si, está fuera de ellos, la decisión era solo mía. A mi hermana le fastidió que no estuviera de acuerdo en que me encerraran como proscrito porque ella así lo consideraba era el remedio. Mi madre, a contra corriente de su paciencia habitual, amenazó con levantarse de la mesa si volvía a escuchar cualquier palabra relacionada con una escuela militar. No toleraremos que cometas una tontería así con este niño. Hablaba en plural, haciendo suyas las palabras de mi padre, elevando la voz a tonos increíbles.

Han pasado 53 años y me pregunto ¿Es la única opción para un campesino, el ser militar? El mexicano rural, se quita el taco de la boca para ofrecerlo a quien lo necesita, en su vida profana, es humilde, vive en la pobreza, pasa por inclemencias, no tiene nada, sin embargo dentro de él hay mucho de dar y lo hace. No da lo que le sobra. Todo lo da. Lo entrega todo. Nos llena de consternación al observar que en cada cara hay un ser humano que espera el momento preciso para que las cosas cambien y toman como si fuera una manda el aguantar lo que les pasa como producto de su ignorancia. ¿Cómo vamos a entender su sacrificio? si el sacrificio es un acto desterrado en nuestra vida, lo que nos rige es la comodidad y la auto complacencia.

Por ser rural, no tenía por qué ser condenado a vivir en un colegio militar. Era demasiado pronto para echarme a perder. Enojado, molesto le grite a mi hermana.- ¡Tú qué vas a saber! Ocúpate de tu vida, yo me haré cargo de la mía. Para mi padre, su hijo debería ser un abogado, un doctor, un maestro o un cura, pero jamás un soldado que debe pedir permiso hasta cuando quiere ir al baño.

Fue entonces que la burra torció el rabo y salté de mi asiento. Si bien mi madre había prohibido mencionar la palabra militar en la mesa había sido ella, me imagino que llevada por su desesperación y la ausencia de talento político quien puso sobre la mesa una palabra que me caló en los huesos: “Internado”, alejado de la sociedad tan solo porque una de mis hermanas consideraba que eso era lo que ella quería ver en mi “Fuera de la casa para siempre” La alusión a una escuela militarizada no me causó mayores sobresaltos porque semanas antes ya me había puesto de acuerdo con un amigo en forma calculadora para estudiar la Universidad en otra ciudad o en su defecto irnos de mojados a estados unidos. Y aunque no sabía con exactitud cual sería el destino final de esta controversia, lo cierto es que tampoco me importaba gran cosa.

A los 16 años un maestro de la escuela náutica naval me insistía frecuentemente a que me metiera a estudiar para ingeniero naval anticipándome un futuro glorioso y una vida asediada por mujeres de todo tipo, pero como yo sabía que estaría internado la mayor parte del tiempo ¡Encerrado! y que después me la pasaría en el mar también confinado no me decidía, me parecía trágico perder los mejores años de mi vida en esta forma recluido, sin sentido y frustrante.

Aún recuerdo las posturas y argumentos que exponía mi hermana.- No es una escuela militar, sino un colegio con disciplina militar; una escuela como existen tantas, sólo que aquí no te permitirán comportarse como mentecato. Y al escucharla me llevaba a pensar que ella veía en mi futuro inmediato la cárcel ya que consideraba una falta de respeto salir a las calles a protestar en contra de las decisiones de gobierno, cosa que me encantaba hacer en aquella edad. Claro que me gustaba ser un rebelde, pero siempre pensé que para ser un rebelde lo primero que uno debe saber es contra qué se rebela.

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Comentarios

jaja y me rio

2014-10-20 12:45:10

jejejejejeje, que mal se ve este periodiquillo pidiendo el chayote a Polo, y diciendo que no nadamas nayaritenlinea, sino que ellos tambien lo merecen porque informaban de su campaña, ah, y tambien le tiran shit al hipopotamo-toro, llamandolo inepto. Que poca dignidad!! pareces prosti vendiendose al mejor postor. :)

y tu que

2014-10-20 13:44:52

jaja y me rio

Lee tu msg pareces idiot@ nada que ver con el articulo escrito.
dejaras de ser priiista todos cortado por lo mismo ignorancia, odio y amargados... pero eso si bien ratas
Con referencia a la nota. Mexico no necesita tantos soldados ya ven el unico trabajo que hacen es recibir ordenes para matar al pueblo.
Deberia ser una insiticion autonoma que no se deje mangonear por un narco y politico. En contra de su pueblo que deberian defender veamos el caso del 68 y el de ahora los 43 desaperecidos o ya asesinados segun el Padre.
Y hablando de padres aunque son de catolicos miren en cada uno es una obeja de bien o para no hacer nada.
El padre Solingue declaro que los 43 fueron a la Basilica y el padre que estaba oficiando la misa ni los tomo en cuenta. No siquiera dio la misma para consolarlos o darles animos. Inche padre y eso que soy catolic pero hay que reconocer que de todo se cose en la Vina del Sr. pero no por eso voy a serguir mi fe y mi religion la mas importante del Mundo despues de La Judia, la Catolica y que les arda el demonio y la cola a todos los que digan que no. Les arde ver y oir todo sobre esta importante religion del Mundo

Blass

2015-11-13 09:11:37

Quisiera saber ¿en qué te inspiraste para escribir eso?, Se parece mucho a una novela.

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