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Filosofía Marismeña

Reflexión a las "60"

MC Ramòn Larrañaga Torrotegui

Lunes, 24 de Noviembre del 2014. 3:09:34 pm

Letra más grande

Transitamos por la vida con exceso en miedos por muchas razones. Tememos la posibilidad de no contar el día siguiente con aprecio, amor, estabilidad económica y la congoja nos produce dolor, desasosiego, porque lo vemos en las caras de otros, la agonía y la angustia en vernos desamparados sin tener cerca la estabilidad emocional, el equilibrio en vernos rodeados de seres que nos protejan. No tenerlas todas consigo, lo impredecible del tránsito por la vida, su pasmoso poder para traer en un instante el miedo agónico de todo lo que hemos vivido y afanado por ello.

Transitamos por la vida con miedo de que mueran los que amamos. Pero por encima de todo, llevamos en la mente la incertidumbre en sentir en carne propia el desprecio, abandono en el cual pensamos podemos quedar en cualquier momento, por ello los instantes agónicos se vuelven en contra de las decisiones torales con las cuales debemos seguir adelante amando la vida sin pensar en que la muerte está siempre cerca, asechando un descuido para cortar el hilo de nosotros mismos.

La obsesión es muy grande, es un signo inequívoco del peligro latente en el cual la mente nos carga, nos engaña para que no olvidemos lo delgado que ese hilo que nos aferra a continuar viviendo y evitarlo a cualquier precio. Cuando nos encontramos en ese instante devastador señalando el peligro somos capaces en perder las dignidades conscientes en que está en juego la vida. La raíz de fortaleza se encuentra en el espíritu, ese es el único capaz en darle un sentido a la existencia hasta su momento final. Vagamos en un tiempo donde la búsqueda espiritual nos ha dejado solos en el desierto del miedo por ser alta mente intimidatorio el buscarlo a través del sentido en la creencia de una vida eterna, por ello la sociedad ha perdido el camino de la conciencia, el sentido de la alma plena.

Vivir o morir, es tan cierto que todos tratamos en engañarnos como si con ello no pasara nada. Se nos hace increíble pensar en que la vida se agote, que lo que fuimos se olvide y deseamos siempre estar vivos, pero sabemos que tenemos que morir por ello nos reconfortamos tratando en acumular bienes al sentirlos parte de nosotros mismos para que en la posteridad nos recuerden como personas exitosas. Nos apegamos a la creencia de que hacer un gran monumento en un panteón nos llevara a la vida eterna, esto es una forma humana en reconfortarnos mientras tenemos vida, a la par la razón nos grita que no debemos crear ninguna esperanza, nos dice, que es imposible seguir en la mente de los que se quedan otorgándonos vida en su pensamiento. Así, seguimos buscando explicaciones mientras el cuerpo se marchita y nos permite continuar transitando. No podemos cambiar la muerte, pero si la vida al rechazar lo que puede acercarnos a ese acontecer no deseado, no podemos hacer que se presente la causa sino que sea la causalidad la que marque esa acción.

El final en nuestras vida se moderniza y los ancianos los encerramos en asilos, o los encerramos en casa para que sean atendidos por una enfermera es decir se nos va desahuciando a medida que vamos envejeciendo y es aquí en donde entra al quite la nueva tecnología con oxigeno por la noche, medicamentos a destajo, critica por acciones incoordinadas del cerebro “Exabruptos” Se nos escapa la felicidad familiar, nos manipulan discretamente y cuando dejamos de existir en forma inmediata la familia busca culpables entre lo que hizo el médico, la enfermera, el paciente sin analizar que la muerte es tan natural como la vida misma y que llegó el momento en morir, como había llegado el de nacer.

Nuestros sentimientos nos llevan al engaño y hacernos creer que en vida podemos ser eternos en vez de aceptar el ritmo normal e inevitable de la vida, estamos en peligro de convencernos a nosotros mismos, de que, si tuviéramos mejores avances médicos, seríamos capaces de alargarlo por el tiempo que deseásemos. Los avances nos ofrecen órganos nuevos para reemplazar a los viejos, ya se está en la etapa de producirlos sintéticamente, es decir los médicos serán como los mecánicos capaces en cambiar las piezas defectuosas por nuevas y funcionales y por otro lado la ciencia anda como loca buscando el gen que nos hace envejecer o cuando menos que nos permita vivir muchos años.

Como podemos ver, amamos la eternidad, pero la degeneración en nuestro cuerpo nos hace sufrir durante toda la vida. Las mujeres buscan cremas, cirugías, los hombres lo mismo sin embargo no sede su paso a al deterioro constante al que se ve sometido. Los antiguos buscaron el elixir de la vida y murieron tomando pócimas impregnadas de polvo de oro. Vinieron las vitaminas, las proteínas, las vacunas para que el sueño eterno cuando menos se retarde un poco.

Algunos de nosotros nos sentimos desplazados ante la falta de dinero para invertir en este tipo de asuntos y consideramos que el hecho en no hacerlo nos limita y puede ser que no vivamos lo suficiente como para beneficiarnos de estos avances. Para la persona qué cuenta con recursos económicos “No, importa el precio a pagar” Algunos incluso han llegado a la idea de congelar su cuerpo mientras la ciencia avanza y poder regresar a la vida, otros pagan por que se almacene parte de sus genes “Células madre, neuronas” en espera de poder egresar a la vida.

En mi opinión el amor a la vida es tan grande en estas personas que no ven como una pérdida de su dinero, sino como una inversión a largo plazo, sin embargo este tipo de conservación cuesta bastante, pero no importa si se logra regresar, todo sea en bien de invertir en la vida misma. La ciencia hasta hoy, nos ofrece la verdad absoluta de que los seres humanos somos los únicos capaces en saber de qué vamos a morir y el resultado es que dejamos en vivir para estar pensando en medida de tiempo ¡Cuándo, nos toca, aunque te quites!

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Comentarios

Irma

2014-11-26 14:15:52

Interesante reflexión sobre la vida y la muerte.

OYELO BIEN

2014-11-27 12:26:32

Y TODOS VAMOS PARA ALLA ,ASI ES QUE NO HABLEMOS MAL DE LOS VIEJOS,SIQUIERA ELLOS YA VIVIERON,PERO NOSOTROS QUIEN SABE Y DE QUE NOS VAMOS A MORIR ESO QUE NI QUE.YO NO PIENSO MORIRME YO VOY A QUEDAR PARA SEMILLA DECIA DE BROMA UN SEÑOR, NOS VEMOS EN EL CIELO

ALOS 60

2014-11-30 12:22:11

NOS DICEN LOS ARBOLITOS DE NAVIDAD,PORQUE LO QUE NOS CUELGA LO TRAEMOS DE ADORNO.

alfonso

2014-11-30 18:51:37

Te felicito por esta reflexion tan cierta.Dios te Bendiga por tu sabiduria

invitado

2014-12-03 09:05:57

MC. Larrañaga.esta situación que Ud. presenta creo que le sucede a la mayoría, será acaso producto de una educación tradicionalista y limitada ?y valedera para otras culturas de otras latitudes del planeta?, por que resulta incongruente que se nos diga hasta el cansancio de que el mexicano se mofa, hace chistes ,y no le teme a la muerte, es pues esto una idea equivocada? que esas expresiones no solo revelan el momento del deceso, si no que es una demostracion donde oculta no solo su temor ,si no su terror, a través de estas manifestaciones?que en gran parte fueron y son inculcadas por la religión católica, ya que para otras la muerte es la liberación de la materia y significa el paso a un siguiente nivel, lo que hace mas llevadero el pensamiento de cerrar el ciclo de la vida.

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