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Filosofía marismeña

Navidad / Año Nuevo

MC Ramón Larrañaga Torróntegui

Viernes, 12 de Diciembre del 2014. 7:35:09 pm

Letra más grande

Estamos a punto de cerrar este ciclo y con el dejamos lo que es ya parte de nuestro pasado. Fue tiempo de siembra y de cosecha también, tiempo de producir y tiempo que se perdió. En el balance de los resultados... ¿Con que se queda? - ¿Qué deja ir? Mientras decoramos nuestra casa con el árbol de navidad, hagamos limpieza también en nuestra vida, en nuestra mente, en nuestros afectos, en la forma de hacer las cosas. Reestructuremos nuestros pasos para lograr una vida en unidad con nosotros mismos, con el mundo y con el universo. Alimentar al amor, sobre todo, al que se debe a sí mismo. Si usted se ama, tiene la capacidad de amar a los demás y en la medida en que ame el amor le será correspondido. La Navidad es un sentimiento general, una vibración unida en el mundo que nos hace percibir lo que en otras épocas del año no sentimos.

Por eso se manifiesta el amor y los sentimientos en mayor profundidad, y es tiempo de reflexión también. Aprovecha esta energía para recorrer los laberintos de su mente y del espíritu para conocer y trascender, para cambiar y evolucionar. Que en esta Navidad el amor se haga presente en su vida y le llene con la misma intensidad por siempre y que el año que viene esté lleno de dicha y felicidad. Le deseo que usted llegue hasta donde usted, siempre has deseado alcanzar. La Navidad es por un lado una celebración religiosa, pero también es la etapa del año, en que dejamos un poco de lado las preocupaciones cotidianas, para reavivar el espíritu de solidaridad, de renacer en las buenas acciones, y hacer llegar a nuestros amigos, familiares y conocidos, nuestros mejores deseos.

Esta navidad (y lo que viene después) se reconcilia con muchos planes, muchas ilusiones. Cada uno tendrá las suyas y puede que muchas tengamos en común. De primeras, conozco las mías y las de un grupito que me han confiado las suyas. Hay importantes planes. No directamente esta navidad sino más de cara a la primavera pero todo empezará a desarrollarse, "pasar" a partir de ahora. Me gusta pensar que el horizonte nos unirá, nos favorecerá, nos hará felices; supongo que eso es el sentido de la felicidad y gozo que nos produce esta fecha. Hay muchas razones que aumentan esa esperanza. Hay otras que la contradicen.

Unos lo tendremos más fácil que otros. Unos lo harán mejor y otros peor. Hay una frase que considero muy válida (aunque no por ello deje de ser, en ciertos casos, extremadamente dura): Para aprender, perder. Creo que en los últimos meses, muchos hemos "perdido" y sólo quiero ver el lado positivo: que eso nos ayude a todos, a cada uno a su manera, por supuesto. A partir de ahí creo que sólo nos queda una opción: mirar para atrás, ver (o que nos hagan ver) lo que hemos hecho mal y a partir de ahí encarar el día a día con el objetivo de llegar a anteriormente nombrado horizonte.

¿Quien dijo que la vida es un paraíso, un jardín de rosas o un edén? Los momentos desagradables son más frecuentes que los agradables en donde nos marcan con vivencias traumáticas a lo que llamamos malos momentos. Cuando las circunstancias son adversas en cuando se sabe de que está hecha una persona al tener que esforzarse más en busca de nivelar lo que se desnivelo, es decir sacar de lo más profundo de nosotros la fuerza necesaria y salir airoso.

Nadie dijo que los problemas se disipan solos o que con el simple olvido las cosas vuelvan a su cauce. La vida está cargada de problemas que en múltiples ocasiones no está en nuestras manos el poder resolverlos y lo peor que podemos hacer cuando surgen es adoptar la postura fatalista aduciendo que la vida es así y adoptar una actitud conformista. En esos momentos en que debido a la situación y la nostalgia que nos embarga, nos encontramos alicaídos es cuando más fuerte debemos luchar para poder seguir adelante en nuestro camino.

Año nuevo, año viejo, el que se marcho y el que llega, el que nunca regresara y el que me espera en su silencio. Una noche que no muere y un nuevo día que no llega, un silencio que no regresara y una esperanza reverdecerá. Un despido de fantasmas vestidos con sus lamentos. Una iglesia que gime con su matizar de campanas el silencio de los muertos que se marchan dejando el lamento entre los vivos, son sones desgarrados que les dejan los recuerdos. Año nuevo, año viejo, grito desesperado en medio del desierto, entre rosas y jazmines, entre llantos y lamentos desgarrados que nos deja entre los muertos.
Año nuevo, año viejo, entre cobijas perfumadas, suspiros de otros pechos que esperaron en silencio el marchar de sus quejumbres. Manos que se agitan, lagrimas en pecho, corazones rotos, es el silencio entre los muertos que se agita como notas de lamento. Año nuevo, año viejo, atrás quedo su marcha entre rosas y jazmines, atrás quedo la mano que se agita mientras marcha al sepulcro de su muerte ¡Recuerdos! ¡Lamentos!

Sombras que aun no han muerto y entran en la mente del que vive el año viejo y espera el año nuevo. Atrás quedo la vida, atrás quedo el silencio, la vida del que sufre, la vida de los necios, la risa de su canto, el llanto y su lamento. Atrás quedamos todos vencidos por el tiempo, vencidos por la vida, vencidos de dolor y de lamentos. ¡Año nuevo, año viejo! No encuentro en mi silencio, si bendecirte o renegar por dicha o sufrimiento.

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Comentarios

Lety

2014-12-15 14:09:42

Muy bonito artículo elaborado con razonamiento y corazón, queda la añoranza de lo que es y lo que fué. Felicitaciones al autor.

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