Consciente-mente-consciente

Me gusta contar historias

Juan Antonio Razo García

Viernes, 20 de Febrero del 2015. 11:31:05 am

Letra más grande

Las historias son mágicas, por eso cambian nuestra vida. Aunque mucho depende de cómo se cuenten las historias, todas nos trasladan a un mundo lleno de magia, de sueños y de esperanza, y una sola puede ser suficiente para transformar nuestra actitud, nuestra mente y nuestra alma.

Muchas historias se mueven sobre un hilo delgado que separa a la ficción de la realidad, pero lo importante es la enseñanza, sabiduría y reflexión que nos transmiten. Otras están documentadas con todo el rigor y sabemos que son acontecimientos que sucedieron y que cambiaron el curso de la “Historia”...

Tan trascendentes pueden ser las historias protagonizadas por personajes célebres como Julio César, Miguel Ángel o Churchill, como aquéllas que forman parte de la vida diaria protagonizadas por hombres sabios, inteligentes y audaces, a veces anónimos, que han trascendido convirtiendo su vida en leyenda. En las historias, los personajes cobran vida y nos transmiten sus conocimientos, experiencia y sabiduría a través de sencillos pero elocuentes y profundos diálogos, obteniendo al final valiosas reflexiones, convertidas en inconmensurables “lecciones de vida”. Yo las he utilizado en mi labor como asesor deportivo para que los jugadores tomen conciencia de su responsabilidad…

Las historias pueden ser no sólo historias de guerra o épicas sino ser historias de paz, de amor, de fe, de sueños, historias de humildad y demás. Me gusta que el denominador común de las historias sea la enseñanza de valores y principios de vida, de ética y de responsabilidad, o bien ejemplos de carácter, integridad, congruencia y humildad, entre otros. También me gustan las historias pertenecientes al reino animal, quienes, como ya es sabido, sus enseñanzas superan en muchos, muchísimos casos a las de los humanos. Las historias pueden ser breves o no, pero siempre han existido y dentro de esta preservación de boca en boca nuestros ancestros forman parte importante de este legado.

En resumen. la vida está hecha de momentos y el Universo está hecho de átomos, pero ambos también están hechos de historias. Todos debiéramos ser contadores de historias. Lo interesante es que una historia, además de ser útil para el que escucha, es útil para el que la enseña. Por eso se dice que el maestro aparece cuando el alumno está listo. Hay un breve cuento que ilustra lo anterior y que se llama ¿Estáis dispuesto?

Un recién llegado alumno le preguntó al maestro:
—Maestro, ¿estáis dispuesto a enseñarme?
El maestro, mirándolo a los ojos, le contestó:
—¿Estáis dispuesto a aprender?

Tomado del libro: “Déjame contarte una historia”.