MC Ramón Larrañaga Torróntegui
Viernes, 11 de Septiembre del 2015. 2:40:49 pm
Letra más grande
Los judíos expresan en su oración una discriminación absurda sobre la mujer: Bendito sea dios que no me ha hecho pagano, no me ha hecho ignorante, no me ha hecho mujer. La mujer ha sido en su historia un ser sin autoridad, marginado de toda decisión, hasta sobre su propia vida, soportaba las cargas y sufrimientos desde la infancia; no podía estudiar, se le casaba siendo una niña y sin su consentimiento, muchas veces es maltratada, sufre partos y maternidades sin ayuda llegando a morir o, y si es estéril era considerada vergonzante.
La mujer es repudiada por el marido o cuando enviuda queda totalmente desprotegida, todos los hombres se sienten con derecho sobre su persona, pero además se le considera impura, se busca la manera de encerrarla para que por necesidad se dé en sus caricias La viuda negra. Ellas saben mejor que los templos los gobiernan hombres, porque han aprendido amar a sus enemigos y dormir juntos, y asisten a pesar de que salen regañadas, sobre todo las mas ancianas, asumiendo los curas posturas intolerantes, pero a pesar de todo vemos que las ancianas depositan limosnas, veladoras y asisten cotidianamente a misa, llevan ofrendas a los santos preferidos y, en sus casas, cuidan con amor sus vírgenes.
Si analizamos por otro lado veremos que en la Iglesia siguen siendo mayoría, aunque con tristeza, las vemos como son utilizadas como mano de obra abnegada y gratuita, por lo que no puede justificarse la sumisión, la obediencia o la inapreciable dignidad de la mujer respecto al hombre.
¿Justifica, con su práctica y su lenguaje, la primacía del hombre frente a la mujer? Jesús parece tener de la mujer una opinión bastante discrepada y en muchos pasajes de la Biblia se muestra tratándola como amiga y compañera. Su iglesia era una iglesia de iguales, con propósitos iguales y esperanzas comunes. La idea de que las mujeres son seres inferiores es una idea muy vieja.
De hecho, Hesíodo aconsejaba a los jóvenes conseguirse una casa, un buey y una mujer, pero una mujer esclava para que trabaje. Las mujeres fueron excluidas de la vida política, intelectual y social, quedaron sin estatus legal y puestas bajo la custodia de su familiar masculino más cercano, vivieron en el anonimato, su esfera de acción era el hogar. Normalmente se casaba muy joven y con un hombre que le doblaba la edad, pues los jóvenes detestaban el matrimonio.
Han pasado los años y la Iglesia Católica mantiene su postura en cuanto a que sean únicamente hombres los sacerdotes y justifica, con su práctica y con su lenguaje, la primacía del hombre frente a la mujer, con el riesgo de que ellas cambien de religión. En la actualidad se reconoce universalmente la igualdad de derechos de hombre y mujer en todos los campos profesionales. No existen instituciones en México que marginen a la mujer (ni las mas masculinas, como puede ser el Ejercito, la armada).
Pero la Iglesia Católica sigue cautiva de esos prejuicios tradicionales, propios de la sociedad que la vio nacer y de esa concepción negativa de la mujer en la que ha tenido mucho que ver el pensamiento de San Agustín y de Santo Tomás de Aquino. Por otra parte nos encontramos con las nuevas generaciones de mujeres, educadas en la igualdad y conscientes de sus derechos, que progresivamente rompen su vinculación con la Iglesia porque no se sienten valoradas ni aceptadas.
Como consecuencia, muchas rechazan ser educadas en el catolicismo o lo aceptan sin estar convencidas Fe, con el agravante de que la iglesia sigue perdiendo seguidoras intelectuales y conserva ancianas fanáticas. La mayoría de las otras iglesias cristianas así lo han comprendido y ya están ordenando mujeres, hay incluso obispas, mientras la católica es la única de las Iglesias que no acepta ordenar mujeres.
Cuando la mujer mexicana se casa, encuentra que los anticonceptivos están prohibidos y, en el caso de un posible fracaso matrimonial, se topará con que no hay Divorcio. Si observamos la estructura de autoridad de la Iglesia es masculina, la tutela masculina sobre las monjas, la supervisión de los hábitos de las monjas por un cardenal, los cargos máximos de las congregaciones de religiosos (as), siempre corresponden a hombres, (Son el triple de monjas), la exclusión a las mujeres de estudiar en el seminario, las disposiciones de Roma prohibiendo que las mujeres accedan al presbiterio (no pueden ser monaguillos).
Tiene también carácter masculino, la administración de las finanzas en el Vaticano, los cargos políticos (embajadores del Vaticano). ¿Puede dudarse que la Iglesia católica quedo atrasada en pleno siglo XXl, si discrimina entre varones y mujeres? Las religiones pueden poseer sus peculiaridades doctrinales, litúrgicas, fiestas, pero no puede seguir manteniendo, sin arriesgarse al descrédito por la moratoria de la mujer como sacerdotisa.
No puede existir una religión con dos valores diferentes para los seres humanos. Se requiere enfocar la religión con un rostro de mujer, dejar atrás la primacía del hombre, célibe, intelectual con subsistencia garantizada, esto igualmente margina a los hombres casados (as), haciéndose necesario re-ordenar la iglesia católica, porque en realidad lo que destruye a la mujer, no es Palabra de Dios sino la tradición humana, siendo necesario rescatar la tradición discriminada de muchas mujeres en la Iglesia.
Muchas mujeres dan su vida por los pobres y marginados, pero tienen vergüenza en luchar por sus derechos, se dejan sujetar por el miedo, los prejuicios o la comodidad, se deja vencer fácilmente por el pesimismo, como si le faltara el espíritu Santo. Pensar y manifestarse ante todo el mundo con libertad y autoridad. Hay caminos nuevos, aunque difíciles de encontrar y si hay caminos, hay esperanza.
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