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Filosofía Marismeña

Un romántico idealista

MC Ramón Larrañaga Torróntegui

Lunes, 2 de Noviembre del 2015. 9:41:37 pm

Letra más grande

Es común escuchar que todos somos iguales, que ninguna persona es más que otra o que es mejor ¡No, creo, sea así! Usted no apreciara o amara de igual manera a una persona que a otra y es que unas se meten más en nuestra mente y quedan impregnadas para siempre, las otras son transitorias y se borran así como llegaron. No elegimos quien se queda o se va, simplemente se quedan sin permiso por esa diferencia que estamos esperando. Los que no valoran el amor se quejan, los que no lo tienen lo anhelan y los que preguntan por él, es que lo tienen enfrente de su nariz. La vida nos pone personas buenas, otras malas que se esconden detrás de máscaras y es malo dejarla entrar a los sentimientos por el daño que ocasionan.

Cada cual busca su amor, o su placer, uno olvida quien es y otro recuerda quien es uno. Los unos se quejan de los que actúan de mala forma por placer y piensan que eso está de sobra. Lo que realmente sobra es el no darnos cuenta de la persona con la que estamos y al poco tiempo deseamos desaparezca de nuestra vida. El uno resta amor, la otra suma placer, el uno desanima en cosas de amor la otra anima a ir demasiado lejos, pero siempre ambos están cerca, podría decir exagerada cerca de nuestras decisiones importantes.

Suerte tiene el que encuentra amor en su camino y sufre el que navega en barca sin remos, entre ambos existe el paseo entre el amor o el placer, el uno no lleva a ningún lado, el otro puede enloquecer los sentimientos. El uno tiene causa, el otro estrago, el uno se anhela el otro termina en detestarlo. Uno es oportunidad, el otro desengaño. En el amor y en el placer solo debe quedar uno sin dejarlo escapar y ese es el que no se olvida jamás, aquel que se puede retirar pero está presente en la mente por siempre “Mientras se esté vivo”.

Los seres humanos somos cobardes en el amor por eso la mayoría de las ocasiones terminamos por salir huyendo. Si somos amantes salimos de madrugada, si estamos casados después de desayunar sin decir un adiós o un te extrañare. Escondemos los sentimientos por miedo a que nos manipulen o al compromiso en puerta, vivimos y nos justificamos con cara de excusa cuando en realidad estamos indefensos ante lo que sentimos por la persona. Antes cuando conocías a una mujer joven y te gustaba no podías ni siquiera tomarla de la mano a menos que le pidieras permiso en forma cortés y arriesgabas a que te dijera que no, que primero deberías pedir permiso en su casa a sus padres.

Verdad que esa chispa encantaba, nos gustaba que el noviazgo transitara por ese sendero. Ahora ellas te toman de mano sin miedo, no piden que las acompañes, llegan solas. Si bien es cierto, cada persona es un mundo, cada cabeza es distinta, siento que los de mi época nos quedamos pegados en el romanticismo y no deseamos mudarnos o tememos hacerlo a sabiendas de que podemos encontrarnos solos. Vivimos en contradicción con lo que pensamos y los sentimientos que deseamos expresar, es una lucha que termina en paralizarnos la lengua sin poder decir lo que queremos, es por ello que, aunque necesitamos ese amor y no obstante está con nosotros tememos perderlo, que huya y se aleje.

Tememos que nos cierre la puerta y que nuestras posibilidades para amar sean pocas, es por eso que vamos empobrecidos en materia de amor por la vida, y es en ese momento cuando nos vamos en busca de nuevas oportunidades que nunca agarramos porque siempre nos quedará la sensación en que dejamos algo atrás. Lo queremos todo y ambicionamos estar en todas partes, ignorando que estar con varias es la mejor forma de no estar con ninguna. Esta es la forma más sutil de ausencia en el amor que la soledad reniega al mirar una pareja acariciarse.

El “Te amo por toda la eternidad”, es un engaño es falso, irreal o cuando decimos “Quiero estar siempre a tu lado o hasta que la muerte nos separe” Es falsedad ya que nadie está seguro de que lo querrá en otro mañana “En el futuro” nadie debe afirmar que es para siempre, eso es solo una promesa incumplida “Romántica” No cuesta nada prometer, el cumplir es lo que aniquila “El amor se da, no se puede prometer”, a toda promesa le sigue una deuda y a toda deuda una obligación y cuando es por obligación, se le llama placer”A la fuerza, ni los zapatos entran”.

Por eso todos los seres humanos saben y han comprendido que el amor lastima, es dulce, amargo, decepcionante o incierto, dudoso, eventual, transitorio, pero siempre estará presente. El amar no es estar juntos en un futuro, sino en el presente, estar “Allí” en ese instante, sin importar el tiempo que ello dure, sino compartir el máximo y hacer del mismo la mejor experiencia vivida. El amor, no es ser enemigos durante el día y amantes durante la noche “Eso, es placer, satisfacción” Lo que se gana en una caricia, se pierde con una palabra mal dicha.

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