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Filosofía marismeña

Lisonja entre políticos

MDH Ramón Larrañaga Torróntegui

Miércoles, 11 de Enero del 2017. 2:29:15 pm

Letra más grande

Hay una importante diferencia entre Elogiar y Lisonjear, el primero es la manifestación verbal de un reconocimiento de algo o alguien, por haber realizado o tener algo digno de admirar, y la Lisonja es un reconocimiento de algo que no tiene el mérito. La Lisonja es una tentación muy grande, y se usa para quedar bien socialmente, pero en la mayoría de las ocasiones se emplea no nada más para quedar bien, sino para sacar un provecho ?Político? o quedar bien con alguien y sacar partido de ello.

La Lisonja es contraria a la verdad y a la justicia, por cuanto las evidencias no están acordes con el reconocimiento, y aun cuando pareciera de menor importancia en algunas ocasiones, al estar desprovista de la verdad, su origen es a todas luces incorrecto. ¿Qué decir del Elogio? Es un argumento de justicia y de verdad, que logra hacer feliz sin mucho esfuerzo a las personas, que hace que la sola mención le alegre el día al elogiado.

Me atrevo a decir que la gran mayoría de las personas no emplea esta importante arma de justicia y por lo tanto, muy poco se recibe. Ante todo esto te pregunto ¿Cuándo fue la última vez que elogiaste alguna comida, un buen trato, el éxito de alguien etc.? Si no viene a tu mente la última vez que lo hiciste, te invito a que alegres la vida a las personas a tu alrededor y sobre todo que honres a la justicia, diferenciando ?Elogiar/Lisonjear? a las personas por sus resultados.

Un buen amigo mío, a quien tengo por hombre juicioso, quisquilloso, punzante y no de escaso ingenio, suele repetir que cuando alguien empieza a halagar tu vanidad un punto más allá de lo que podría ser considerado razonable.- Cuando, súbitamente, parece adorarte; considera oportuno todo lo que haces; ingenioso todo lo que dices, y, en suma, no para en mentir, en ponderar las supuestas virtudes y excelencias que te adornan, no está de más que comiences por preguntarte qué quiere. ¿Qué busca el lisonjero en el político? Yo estoy de acuerdo en que buscan que les quede algo, no lo hacen de gratis.

En nuestra lengua se define ?Lisonjear? como ?El acto de halagar interesadamente? Lo mismo que hace muchos siglos ya había concluido Teofrasto: como un trato indigno, pero ventajoso para quien lo practica.

Ahora bien, es importante advertir que Lisonjear no consiste en un solo vicio o maldad, sino que, por su propia naturaleza, únicamente puede conformarse mediante la colaboración de varios: fingimiento, mentira y deslealtad son algunos de los principales ingredientes activos por los que transita. Se da la, ?Deslealtad? al mentir o el fingir, aparentar, parecer, disfrazar, suponer, pero un político en el poder ?No, sabe vivir sin sus Lisonjeros?.

Acertadamente observaba el ingenioso Quevedo que: ?Bien puede haber puñalada sin lisonja, más pocas veces hay lisonja sin puñalada? Y esto es así, seguramente, porque toda adulación descansa sobre cimientos de envidia, rencor y de resentimiento, animosidad; envidia de lo que el otro posee, y resentimiento por tener que lisonjear para obtener el favor que se desea.

El lisonjero no sólo desprecia a quien adula, sino que se desprecia a sí mismo por lo que hace. La mayoría obtienen nombramientos o favores que difícilmente lo lograrían de otro modo. A mí no me extraña que en el infierno de Dante los aduladores tengan su lugar propio en un pozo lleno de deyecciones. Con Bacón: La adulación es la bajeza más vergonzosa.
Es la antítesis de la amistad: en el lisonjero no hay cariño real ni admiración sincera hacia el adulado, sino más bien ?Envidia y resentimiento?.

El adulador es un parásito que permanece unido a su víctima mientras ésta le suministra alimento, y cuando la fuente se agota, se apresura a saltar de improviso sobre las espaldas de otro desprevenido ?Quien comience a ser amigo por conveniencia, acabará de serlo también por utilidad? Cicerón: ?Si el provecho es la causa de la amistad, el provecho la destruirá? En realidad, la amistad no puede propiamente destruirse, porque la verdad es que nunca existió. Sucede, simplemente, que acabada la utilidad, el adulador muestra su verdadero rostro.

El lisonjero llega a donde está el que tiene el poder y lo envuelve con sus sutiles redes y cantos de Sirena cayendo los débiles mentales ante el falso halago.- Espinosa: El soberbio ama la presencia de los parásitos o aduladores y odia, en cambio, la de los generosos. Yo pienso que para envolver a un ser débil se ocupa que la persona sea vanidosa, soberbia. En ello justificara la perfecta valoración que hacen de la misma. Tengo el problema que no he aprendido a responder a los cumplidos, me hacen sentir incomodo al desconocer si es verdad de quien me valora ?Habla en serio?, como también detesto el que se halaga a sí mismo ?Vituperio?. No estoy tan seguro si es por orgullo o es la pasión de necio que fluye por mis venas. Y si me viera forzado a elegir.- Preferiría tener enemigos que aduladores.

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