Filosofía Marismeña

Un día para pensar bien

MDH Ramón Larrañaga Torróntegui

Miércoles, 18 de Enero del 2017. 1:13:52 pm

Letra más grande

Hoy es un buen día para pensar bien y en razón de los demás, recapacitemos bien, conforme a ?Fe/Esperanza/Caridad, y que el amor sea y constituya el vínculo perfecto. Hoy es un buen día para contar lo bueno y malo en nuestra vida, calcular el camino que debemos seguir, incluir a los que dejamos fuera.

Es un día que nos incluye a vivir un poco más para tomar en cuenta lo que somos, la manera en la que nos desenvolvemos, las virtudes que practicamos y si la alabanza que recibimos es digna. Es un día para no ser espectadores de nuestra propia vida. En lo pensamos, la verdad que profesamos, admitir lo digno en que se quede, asumir la responsabilidad y sus consecuencias. Medir los principios en los que nos manejamos y de ahí continuar. La verdad y lo verdadero importante.- La mentira y la falsedad.- Nuestros elementos de juicio, lo que declaramos a los que nos oyen.- Aceptar a los simples.- Porque son simples y sus patrañas no se les borraran como por arte de magia y además de que hay miles por las calles, son simples y banales. Aquellos de que a lo malo le dicen bueno y a lo bueno malo.

A lo amargo dulce y a lo dulce amargo, a las tiniebla luz y a la luz oscuridad.- A los que se dicen dulces y están amargados.-
A los que engañan con cara de verdad y sonrisa en labio, a los injustos, a los que pululan para joder al prójimo, los que se adueñan de lo ajeno y que nos circunda siempre con cara de amigables. Es un día para que si estas en la silla equivocada busques cambiarte antes de que caigas, que te sientes a reflexionar sobre las delicias de las que puedes disfrutar sin buscar dañar a nadie dejando atrás de ti la fantasía, la ficción y la hipocresía que tanto daña.

Hoy es un día para que seas bien intencionado, para que sigas el ejemplo de los buenos principios que relaciones tu existencia con servir a los demás, que si das tu palabra, la cumplas ?Ayuda para que te ayudes? Se honesto en todos tus actos, respeta para que te respeten, para que te sientas digno y honrado en lo que eres.
La desesperación, el desanimo, la frustración hacen que el ser pierda lo honesto, lo digno y viva en el resentimiento, la amargura, la envidia. Los pensamientos son lo que nosotros somos. Pensar es hacer el bien a nosotros mismos y a los demás, es llevar el deseo a la acción, el sentimiento a la intención y la relación al propósito.- Todo es respetable.- Todo es justo, el injusto es el ser con sus actos al transformar lo inocente en abuso, la obligación en desobediencia y la omisión en consecuencia, hacia el prójimo y hacia nosotros mismos.

Lo justo toma impulso desde la voluntad por encima de cualquier necesidad o deseo. Sabemos que la omisión agrada aunque no sea justa y no avance en su caminar hacia la verdad y sabemos que eso nos reprende el alma al dejar correr por no sentirse limpia o mal dirigida en el camino de ser justo. Hoy es un día para dedicarlo a ser moralmente limpios en todo sentido no solo en palabras o aréas sexuales sino en todos los actos, recordando siempre la pureza mental ?Aléjate de los léperos, de los indignos, los temerosos de sus propias bajezas que arden por dentro y por fuera en deseos insanos?

Hoy es un día para no poner ligereza en nuestros actos y omisiones, para que no participemos en la degradación ajena, sino en la pureza de nuestra alma.- Un día puro.- Lleno de afecto y voluntad. Con motivos para tomar decisiones sanas, querer a quien nos quiere, comprender a los que no nos comprenden o quieren entendernos, crear ambientes en beneplácito mezclando estado de ánimo ?Todo amable, todo amor? Sin los motivos del lobo ?Amor/afecto/benevolencia. Saturarnos de lo bueno y lo verdadero, de todo aquello que sirva para hacernos mejores hijos, mejores padres, hermanos, ciudadanos.- Sin afectos corrompidos.- Sin alabanzas lisonjeras.- Elogios ganados, buen decir en los defectos señalados, jamás hablar mal de la reputación ?Decir lo edificante?

Si la vida nos mancha, que no terminemos por salpicar esa mancha en las personas que convivan con nosotros. No manchemos nuestra mente con pensamientos indignos de cualquier clase.