Filosofía Marismeña

Sepulcro

MDH Ramón Larrañaga Torróntegui

Miércoles, 8 de Febrero del 2017. 2:53:11 pm

Letra más grande

Cuando la muerte me abrace, quiero irme en paz, con la frente en alto y el alma limpia, quiero dejar este mundo llevando lleno el espacio en mi corazón en amor a la humanidad. No pecar de ignorancia que la vida fue importante y me entrego los besos y abrazos recibidos, ?Nunca estuve dejado de la mano de Dios? (nadie lo está) No deseo imaginar a nadie desgastando la presencia en lo que fui o deje por hacer, simplemente llenar el espacio que la vida nos da y la muerte nos suprime ?Al ser conscientes de que nada es permanente, nada se pierde sino que todo se transforma?

> Soy una persona sencilla al igual que miles, que ha vivido momentos amargos, felices con recuerdos impregnados, de besos dados, de amigos a los que le lleve flores y llore su ausencia. Ese que no olvida los buenos momentos que la vida me ofreció, que lo mismo regresaba al pasado en ese anhelo en vivir aquellos instantes que se perdieron. Recordarlos para sentirme vivo, presente.- Viviendo el aquí, ahora.- sin esperar al prójimo amanecer, evitando dejar asuntos pendientes, siempre en contacto sincero con un profundo respeto y amor para todos. Acepte mis errores, las imperfecciones y trate en no cometerlos.

Una persona que llenaba esos vacíos mirando fotos atrasadas con instantes llenos de promesas, besos que nos dieron, sueños nostálgicos.- Felices todos.- Mi vida siempre la considere que venía de otra vida, que mis sueños eran de otra persona antes que yo, y la risa me lleno de algo desconocido. Cuando llegue a esta vida, supe que venía de otra parte, de una vida ajena a la mía, de un camino ya andado y me dedique a exprimirla, amar, llorar, reír, agotarla, ser feliz.

Así es que: Cuando la vida se apagué, quiero escuchar risas en mi velorio, canciones que no se apaguen con la noche, esas que hacen olvidar que no estás muerto. Canciones que griten lo que no tuve el valor en decir. Para mis amigos, solo persigo decirles que aprecio las palabras de aliento que escuche. De los amores no tengo nada que decir ?Viví la vida y el momento? No invente nada, me amaron y las amé a mi forma. Dejo mi historia en esta letras, como creo debí contarla, desde aquella carta que jamás me anime a enviar, el perdón que tuve miedo buscar o el amor que no supe retener ?Lo que di y me proveyeron? Lo que viví, forjé y abandone en hacerlo.

Aún estoy vivo y, comencé a describir esto que pienso con el recuerdo del rostro de la sonrisa de los que me quieren, y esta petición anticipada. Para algunos podrá ser una tontería, una de tantas en mi vida, pero soy una persona que me gusta detallar el camino que voy a recorrer ?Piedrita por piedrita con manzanitas y palitos?. Escribo con fuerza en lo que me gusta y deseo de manera que vivo lo que soy a cada instante, entre lo bueno y lo malo. Termino a veces por salirme del tema, regreso al final para que no quepa duda.

Supe amar con locura ¡Que no quepa duda!, incluso más de lo que piensan, pero se callar ?Soy seco?. Quedo en silencio cuando el abrazo que espero no llega, o la felicidad se me niega, el beso inesperado, las palabras de aliento, las alegrías, los silencios, mis vacios, las dudas, lo que ocupo y no llega. No es que quiera hacer una lista larga, me basta un beso, guiño, una palmada, una cara alegre. No soy perfecto, ni estoy bonito, lo feo lo compenso con la gracia, canto feo pero con mucho sentimiento. Soy travieso al jugar con las letras en la forma en que lo hago.- Empiezo con la muerte y termino amando la vida mientras al fondo de mi alma las canciones me invitan a seguir bailando porque soy y existo.

Duele ver morir, nos punza el recordar a quienes se han marchado, nos queda esa lanza dentro, ese rayo de luz que un día nos ilumino, en lo que duró y sus historias hermosas. Nuestra historia aún no termina por escribirse y nos da la oportunidad de jugar bailando con las letras. Me resta solicitar que cuando me encuentres por la calle, no olvides saludarme y, no hagas como que no me ves.- No importa si no me besas en la mejilla, salúdame, sonríeme para hacernos felices ambos. Recuerda que la presencia se estima en lo que vale aunque las personas no se vean frecuentemente siguen allí presentes.

Me gusta la vida y no le temo a la muerte. Se me hace un nudo en la garganta en esos recuerdos de aquellos a los que amé y se me adelantaron. Su recuerdo duele en el alma, dura por toda la vida y se queda guardado lacerando el corazón cada vez que lo tocas. Pretendes que jamás se hubiera marchado o reniegas por no ser uno el que murió para que fueran ellos los que sufrieran. Cada día empieza una vida nueva ?Llorando? y se baila en felicidad por su arribo. Otra se va sin decir la última palabra, sin dar el abrazo en despedida, sin besar lo más amado.

Queda el recuerdo en los que aquí se quedan, los que saben que estuvo aquí con ellos. Toca el final y te das cuenta que no sabes nada de la vida y la muerte, que fallaste en dar amor. Unos dirán que fue honesto, otros no. A los años pocos recuerdan su nombre, olvidan sus actos, sonrisas, promesas. Es nada, polvo y nada. El amor en los que le quieren no se liquida, la gente pasa frente a tu tumba y recuerda. El organismo se acaba, el recuerdo con el paso de los años se borra.