Sergio Mejía Cano
Miércoles, 8 de Febrero del 2017. 8:06:36 pm
Letra más grande
Pues ya hay tres priistas que aspiran fervientemente gobernar al estado de Nayarit, dos de ellos aún como precandidatos y uno ya definido; aunque de bien a bien esos hoy precandidatos nada más lo son para cubrir el expediente, pues sus contendientes dentro de sus mismas filas partidistas saben de antemano que nada más están ahí para cubrir un requisito para darle un toque de democracia interna a sus partidos.
Pero ¿por qué tres priistas? Porque si bien Manuel Humberto Cota Jiménez es quien figura que será el candidato oficial del otrora partido aplanadora, tanto Miguel Ángel Navarro Quintero como Raúl Mejía González también salieron de las filas del PRI, su partido nodriza que, aunque ahora los cobijen otras siglas, de todos modos un priista nunca de ser priista, incluso hasta quienes jamás han sido militantes ni simpatizantes de dicho partido, de todos modos en alguna ocasión actúan como tales o como lo dijo alguna vez la señora Tatiana Clouthier, que en determinado momento los mexicanos dejamos salir al priista que todos llevamos dentro.
Y sí, pues más de 70 años de hegemonía priista aunados a estos últimos cuatro del "nuevo PRI", pues es casi un hecho de que la mayoría, si no es que todos los mexicanos estemos infectados de PRI, al menos familiarmente por eso de que algunos de nuestros parientes no dejan de ser priistas a pesar de los pesares.
Pero bueno, esto deja entrever que si uno de estos tres gana la contienda para la gubernatura no será el PRI el que pierda, porque sea quien sea, la cargada no se dejará esperar para arrimarse al triunfador poniéndose a su disposición con las consabidas palabras de que siempre creyeron en él y que estaban seguros de que se alzaría con el triunfo, etcétera, etcétera.
Por lo que se deduce que muchos de los convenencieros de siempre estarán revoloteando alrededor del ganador así no sea del PRI, pero ahí estarán poniéndose a las órdenes del ?señor?, sea del partido que sea y posiblemente hasta de un independiente.
El caso es no quedar fuera del presupuesto.
Sin embargo, todo indica que la contienda no será coser y cantar para nadie de los contendientes porque aún falta por saberse de bien a bien el nombre de quién será el abanderado de la mal habida alianza denominada como de "oposición al PRI", ya que se barajan al menos dos nombres: Leopoldo Domínguez González y Antonio Echevarría García, emparentados entre sí. Y aunque ya se rumora que el ungido será el joven empresario Echevarría García, oficialmente no está confirmado aún; pero en caso de ser así, es probable que el doctor Domínguez González no se quede con los brazos cruzados y buscará de cualquier forma lograr su candidatura.
Y se dice mal habida alianza, porque ambos partidos, PAN y PRD están dejando claro fehacientemente que las ideologías partidistas ya no existen o al menos para sus dirigencias, porque de haber tenido bien sentadas sus bases, dicha alianza jamás se hubiese dado ni en 1999.
Y también ya se vislumbran los candidatos independientes en las personas del presidente municipal de San Blas, Hilario Ramírez Villanueva y el homeópata Víctor Chávez Vázquez, respectivamente, sin perder de vista que a última hora salte a la palestra alguien más nada más con el pensamiento de que lo importante no es ganar, sino competir.
Así que siete o posiblemente más candidatos a la gubernatura nayarita, aunados a la poca participación del público elector como ya se ha visto en otros procesos electorales en la entidad, pues lo único que harán posiblemente es que los probables votos se diluyan de tal manera de que quien se alce con la victoria lo haga con menos del 30 por ciento del padrón electoral, lo que le dará mucha debilidad al ganador, por lo que a marchas forzadas ya una vez en el cargo, ese ganador tendrá que legitimar de bien a bien su triunfo con un buen desempeño a lo largo de los próximos cuatro años que durará su encargo.
Desde luego que posibilidades de ganar todos los que compitan las tienen, no hay que menospreciar a nadie, porque ya se sabe que donde menos se espera salta la liebre; pero lo que sí es un hecho, es que con tantos candidatos y la posible poca participación ciudadana en los comicios, podría restarle emoción a la elección, siendo más desabrida si es que no se manejan unas campañas de proselitismo que alienten a los votantes a participar; no con despensas ni otras dádivas, sino con programas reales para beneficio de la población y no con las promesas insostenibles de siempre. Pero en fin.
Sea pues. Vale.
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