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Filosofía marismeña

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MDH Ramón Larrañaga Torróntegui

Jueves, 23 de Febrero del 2017. 2:35:51 pm

Letra más grande

La existencia se da en una forma demasiado rápida, esto hace que las cosas que consideramos importantes las dejemos de lado. Poco tiempo dedicamos a lo que nos gusta y mucho a lo que no. Salimos a la calle y tardamos en llegar al trabajo, estamos en el mismo y el tiempo pasa lento (Se gasta rutinariamente). Llegas a casa y lo mismo, sales a comer y repites los platillos constantemente, pides una copa y es parecida a la que tomaste hace uno o dos años "Lo idéntico".

> Sales a trotar y lo haces un día, lo dejas para después o posiblemente no volverás hacerlo en una semana.- La existencia la forjamos rutinariamente en la misma ciudad, las mismas calles, los mismos saludos, el trabajo. Y, de esto, ¿Que nos gusta? Disfrutamos el tiempo ¿Con la familia, amigos, el juego? Los compromisos nos van robando el tiempo sin que nos percatemos, sin encontrar respuesta en por qué lo permitimos.- ¿Es la felicidad? Esperar que llegue un acontecimiento familiar, una fiesta, cumpleaños y cuando toca ni siquiera queremos asistir.

Dicen que cuando la persona cumple 50 y, más años, lo primero que hace es ver hacia la pareja con la que ha estado junto los últimos años y termina por replantearse si ¿es esta? para llegar al final de su vida. Estando uno joven idealiza a la persona que escoja como pareja y con el paso de los años en la convivencia se va dando cuenta si es realmente el amor de su vida o una piedra en el zapato.

Nadie sabe del peso del costal, sino el que lo carga.- Lo disfrutas o envenena.- Cambias o te ahorcan los hábitos, y hay que luchar contra el miedo y las inseguridades, los celos desmedidos que hasta entonces nunca has tenido. Muchas veces se duerme con el enemigo en la misma cama, se acuesta pensando que no la conoció bien, lo que opinaba era falso y que no vale la pena estar juntos discutiendo a diario. Ya estando dentro puede pasar cualquier cosa entre el amor, el dinero, las ganas de convivir, la noche en vela por un pleito mal habido. Dejas que la vida te lleve o te acarrea (?.) Cada vez somos más los que vivimos así.

Si, se es joven "Es diosa" vestida de blanco en un altar y contestando ¡Si, Acepto! Se firma el papeleo y adelante. El paso es difícil, no se da fácilmente porque a los hombres, les causa temor (Asusta) hasta encontrar una loca parecida y se compromete. Lo pensamos mucho. Primero repasamos que no necesitamos una pareja para vivir, que la vida que llevamos es mucho más cómoda sin tener que dar explicaciones en todo lo que hacemos.

Las relaciones las preferimos sin compromiso, en cambio la mujer exige responsabilidad, estabilidad es ahí en donde se agota el tiempo para formalizar o correr. La carga es pesada, pero la decisión termina por llegar. Según los psicólogos un divorcio bien llevado a su final tarda dos a tres años en sanar, se pueden imaginar (2/3, años perdidos refunfuñando) El problema es que en la memoria, no se borra fácilmente y eso no permite entrar serenos en otra relación.

Tan fácil sería que dejáramos la mente en blanco con borrón y cuenta nueva y a seguir disfrutando la vida pero insisto, no hay manera en borrar por lo que hay que esperar a que se vaya quitando poco a poco mientras tratamos en disfrutar la vida en diferente manera a como la estábamos llevando. Muchas veces se plantea abandonar, echar la culpa, arrepentido y otras tantas se han agarrado del cuello. Despedirnos de lo que se fue, conservar lo bueno, pero eso si "Cambiar" La vida nos cambia de repente, y todo lo que teníamos en mente se esfuma.

Lo bueno que nos queda, somos nosotros mismos con la capacidad en amar nuevamente, dejar entrar a otra persona hacerlo a nuestra manera sin penas o recuerdos fallidos con risas y nuevos suspiros que alienten el alma. Los que están afuera del problema se dedican a dar consejos que en su persona no los aplican. Es mejor contar con lo que el corazón aconseja porque al final el que va aguantar la falla o la victoria es uno mismo.

Y, no es solo en la relación de pareja sino en todos los actos de nuestra vida.- Es tiempo en ponernos a cavilar sentados para medir el tiempo que llevamos perdido en cosas intrascendentes, compromisos sin verdaderos motivos, gente que no queremos ni verla y la tenemos enfrente todos los días.

Siempre hay tiempo para cambiar. La respuesta la tiene cada uno en sus manos sobre todo si ya no somos lo suficientemente jóvenes para continuar desperdiciando el valioso tiempo que nos resta. Dejar lo malo de lado, lo que detestamos, lo que no nos gusta ni por compromiso hacer. Aceptarnos como somos aunque cueste disgusto a otras personas, nadie tiene derecho a imponernos su agenda, sino nosotros mismos y aunque no es inteligente dejarlo todo tirado, es tiempo de recomenzar a hacerlo poco a poco.

Se malgasta el tiempo en cosas intrascendentes, sin sentido y que además tienen el mal sabor de boca que no deseamos hacerlas, es mejor dedicar el tiempo que nos resta a invertirlo en lo que realmente nos gusta hacer. No se trata en negar a nadie, sino ser uno mismo para dejar en estar preocupado si a la otra persona no le gusta nuestra forma de pensar y deseamos quedar bien aunque no estemos a gusto en llevar a cabo la actividad como ella la desea.

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