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Filosofía Marismeña

Balance

MDH Ramón Larrañaga Torróntegui

Martes, 21 de Marzo del 2017. 4:01:46 pm

Letra más grande

Mi personalidad es en este momento está muy suelta, se puede observar en la escritura. El reto es tomar la vida en sus múltiples pedazos y unirlos de tal forma que encajen, vivir dentro de mí, escuchar el cuerpo, estar al tanto de lo que quiere el cerebro, pensar con ebullición logrando una solución. Empecé a caminar por diferentes grados escolares, escuelas de arte, universidades en donde mis sentidos se mantenían activos, pujantes, creativos como resultado de las múltiples emociones que procesaban y al mismo tiempo se limpiaban de lo malo. Un proceso largo, lleno de misterio con su núcleo espiritual y su alma como punto de referencia, control y análisis (Lo bueno y lo malo)

> Empecé a notar lo que soy, fue lo mejor que pudo pasarme ya podría conocer mis posibilidades, ser mejor o fracasar. El desarrollo me fue enfrentando con mi realidad, lo que significa que otras personas empezaron a tener menos influencia en mis decisiones porque había aprendido a leer la brújula para navegar en mi horizonte a través de sus propias decisiones. Una vida con libertad, con mayor responsabilidad al tomar las medidas por mi mismo para mi propio destino y felicidad.

Ya paso este intento, ahora estoy nuevamente en la intención en seguir limpiando o marcar espacios con cierta retirada como un enfoque de vida para no enfrentar la ira, el odio, las emociones que nos dejan en el trato personal. Rebusco una mente purificada, sin sueño irrealizable y estar listo para cualquier aventura que se presente. En el pasado aprendí diferentes disciplinas como el arte y la ciencia que en su momento me abrió las puertas a la escritura, la oportunidad en ponerme en contacto mediante las letras. Pude hacer composiciones que a veces daban en el clavo y en otras salían destempladas como producto de mi imperfección. Estaba en el proceso de aprendizaje, fui apretando, componiendo, y inicié a caminar en la filosofía y sus palabras.

Crecí admirando la personalidad fuerte de mi abuelo y a través de su poder le fui dando forma a mi vida lo que la convertí en múltiples conflictos por las malas relaciones que se generan cuando de imponer ideas se trata. ¿Qué puedo hacer ahora? Vivir con calma, tranquilidad, sentir en vierte lo que la vida nos ofrece a veces puedo ser alegría y felicidad y la disfrutaras eufórico, luego se irá por un pozo profundo y puede que ya no la recuperes en esta selva de emociones encontradas, con posibilidades limitadas y quedes en la contemplación de lo que piensas es la felicidad en busca de reordenar tu vida.

Podrás perder el control de la misma con un divorcio no deseado, dejaras en vivir ese sueño. Tendrás mucho que decir y no hay tiempo para hacerlo, vendrá una nueva emoción, un tiempo que valores como éxito, recobraras la confianza, saldrás corriendo nuevamente a las emociones. Estarás al tanto en lo que quieres, deseas y anhelas. Buscaras que se cumpla. Una y otra vez repetirás la palabra amor. El ego lo convertirás en aire de satisfacción hasta transpirarlo, caminaras con arrogancia y seguridad.

Los sueños son para vivirse y despertar, es un proceso predecible, fatigado, corto, agitado, destructivo, estresante. Implican personalidad, entrega, voluntad, suficiencia, diversión, deseos hasta que se hacen realidad. Son un proyecto a pagar ?Caro? principalmente con desvelos, fatigas. Lo he dicho al principio soy soñador, extrovertido sin límite para realizar mis sueños por eso he creado, puesto y quitado pensamientos en mente de otros, así que he ido más allá de mi mismo.

La vida me dio la oportunidad en abrir la mente, en el tiempo preciso, también disolvió lo que no ocupaba para dejarme avanzar introduciendo nuevas formas en verla, dando respuestas diferentes a las esperadas. Ahora soy un fiel reflejo de ello de mi educación, contexto familiar, amigos, atmosfera vivida, traumas, acontecimientos felices que he experimentado. Estoy soy: Lo que pienso a través de los pensamientos, sentimientos, formación del pasado y aunque todo va y viene lo cierto que lo bueno se queda por encima de lo malo.

Estoy en equilibrio, me tomo el tiempo para jugar con los niños y como niño. Todo es importante para mí. La gente con la que convivo procuro ser amable, cariñoso, acogedor, que sean una parte de mí de la calidad. Mis pensamientos son en su mayoría agradables y mi interpretación de la realidad se inclina principalmente hacia lo positivo. Pero como todos, hay periodos malos en el que el pensamiento incoherente domina, donde la gente termina por molestar, esos que se sienten duros (Malos) y dañan. Prefiero una vida sin quejas desgastantes o, ajetreos sin sentido. Los años nos va cambiando, ya no somos los mismos. El reaccionar han cambiado y nuestro estado interno ha ahorcardo los estados furibundos.

No necesariamente para estar rabioso hay que experimentar un trauma del despido, un divorcio o la muerte de un familiar cercano. La traquilidad es lo apropiado en ese momento que nos cansa, enoja, pone triste. Debemos tener en cuenta decisiones que se deben tomar. Necesitamos pequeños momentos de amor para recuperar la carga que nos de paz de lo contrario el sobre calentamiento quemara los cables del humor.

Yo, lo encuentro en escribir, escuchar música, leer un libro, en meditar, darme un tiempo, un paseo. Eso es lo que funciona para mí. Para otros, puede ser otra cosa que le de energía, tranquilidad. Y estoy feliz por mí mismo. Mi mente se calma, voy a ser más agradecido, amoroso. Mi memoria funciona mejor, fluyen las ideas y estoy más presente. Si algo nos falta integrar a la vida es.- Más amor.

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