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Filosofía Marismeña

Sentido en educación

MDH Ramón Larrañaga Torróntegui

Lunes, 27 de Marzo del 2017. 7:54:58 pm

Letra más grande

¿Cambiar la calidad de la educación? ¿Que se requeriría, que hacer, por dónde empezar? Se asume que se debe cambiar la preparación de los profesores, su metodología, los incentivos y miles de factores que no se ve cómo ponerlos en la mesa. El reto inmediato son las miles de jubilaciones pendientes (Lo denigrante de ellas), las escuelas deterioradas para empezar hablar de los niveles con otros países. Un profesor de calidad y, ¿La calidad en su vida personal? El número de alumnos sigue creciendo y la inversión no llega, se han aumentado el número de alumnos por clase (Secundaria, Bachillerato, Universidad), la pirámide poblacional esta invertida, es decir se aumenta la necesidad y no se aterriza el financiamiento.

> La bala de plata del llanero solitario y su acompañante toro, se llama reforma educativa, la innovadora alquimia es justificar las cosas con prueba de aprendizaje de los estudiantes y los profesores ¿Es la solución? El modelo educativo en otros países es aumentar el número de horas de clase y aunque esto ha tenido un buen impacto también es cierto que en aquellos países el profesor vive mejor, no camina solo como aquí en México (Tristemente queda en discurso el estatus de la infraestructura, calidad de vida del profesor) En contra parte se ataca al profesor desde lo institucional mostrando su ineficacia con programas hechos por el mismo gobierno (SEP).- Eficacia en programas, claves para educar, aciertos rescatable, incentivos aprobados.

Nadie duda que la educación requiera transformación de fondo en busca de nuevos horizontes del conocimiento con mayor calidad. Una educación que prepare para la vida, que responda a necesidades, que cambie a la sociedad actual. Nos venden mucho la creatividad (Creatividad va de mano con tener cubiertas las necesidades básicas) como si esta brotara como por arte de magia en los seres humanos sin embargo su estimulación en forma adecuada nos puede llevar a ese lugar preferencial. Se hace hincapié en la metodología que se emplea para acabar con lo tradicional en ello, otros hablan de competencias y habilidades basadas en información que viene desde el profesor hasta desembocar a una enseñanza formativa desde el mismo estudiante.

Son importantes las horas que dedica el profesor, las actividades que se hacen y la valoración adecuada del logro. Un profesor es una persona competente, capaz en su ámbito de analizar, proponer, mejorar, innovar, que los alumnos se entusiasmen por aprender y que el alumno domine los contenidos mediante estrategias didácticas. ¿Qué hacer? Elaborar estrategias diferentes, innovadoras que busquen desarrollar capacidades, habilidades, inter acción, competencia comunicativa, argumentación para expresar y defender sus puntos de vista. Aprender a trabajar en equipo, desempeñar el rol que a cada uno le corresponda. Motivar la persistencia en labores a realizar, sensibilidad en entenderlas, implicarse en los hechos y compartir la idea con los demás.

Fomentar que el estudiante se vuelve un buscador, el profesor un orientador. El alumno va registrando su información y lo que otros le comparten. Lo expone al grupo, lo confronta. Hay que admitir que en esto, no existe una receta de cocina que la podamos llevar paso a paso con sus ingredientes como lo impone la SEP, por eso la clave es el profesor como centro de formación para afrontar las situaciones, para actuar. El profesor es algo más que un transmisor y evaluador. Mal pedagogo es aquel que se dedica a dictar y los alumnos a escribir mientras escuchan, esto solo lleva a tener al final alumnos copiones, los cuales no aprendieron a resolver problemas ni situaciones imprevistas, mucho menos analítico. Si aprende la teoría pero no encuentra como conectarla con la práctica al no contar con su dominio.

El profesor debe conocer lo que enseña a fondo, estar en posesión del conocimiento a nivel satisfactorio, estar bien informado, manejar buen lenguaje, terminología, saber adaptarse a los estudiantes. No se trata solo de conocer los contenidos sino saber seleccionar y secuenciar sus actividades. Estar capacitado para resolver lo inherente a su materia, pedagogía, didáctica, psicología, para que sepa tomar decisiones apropiadas. Debe con la formación, (Auto formación constante, reflexión) y disposición para mejorar profesionalmente para incorporar nuevas ideas en su forma de enseñar y actuar. No se trata solo de capacitación o capacidad sino habilidad, actitud.- Ser, saber y hacer.

Un profesor flexible, sin dogmatismos institucionales que se adapte y domine los contenidos y sepa transmitirlos a los destinatarios. Que aprenda a tolerar los cambios, ser abierto, receptivo a las ideas, sugerencias sin que se quede en las ideas generales sino que integre y use su experiencia (Currículo oculto).

Parte importante es saber seducir para sensibilizar a que se interese el alumno en descubrir, que se incite para que se implique. No es fácil entusiasmar a los estudiantes (En la sociedad en la que vive), se requiere talento, habilidad, para que se observe atractivo y se cambie de actitud, se busque lo hagan con interés sin que sea incomodo o se valore como pérdida de tiempo (Terminar una carrera ¿Para qué? Si son miles los desempleados en la misma) El disfrutar aprendiendo nace desde la aportación personal de cada profesor y estos son los profesores que dejan huella marcada en la mente de los alumnos ¿De cuál profesor te acuerdas? Solo los que nos dejan huella permanente.

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