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Filosofía marismeña

Genes

MDH Ramón Larrañaga Torróntegui

Viernes, 7 de Abril del 2017. 7:09:20 pm

Letra más grande

La vida ha sido un tanto benévola o ingrata conmigo al dotarme de un espíritu muy inquieto de manera que siempre ando buscando respuestas para en esta forma no terminar señalando culpables por lo que nos pasa. Siempre busco saber un poco más "Lo intento" En ocasiones voy al origen, la historia de México, los grandes personajes en la historia de la humanidad, en otras ando metido en la ciencia siempre intentando encontrar respuestas que me acerquen a una mediana verdad. La esencia de la que vengo dotado enciende esa chispa la cual no logro controlar, es como una enfermedad que empuja sin parar y lo mejor en ello es que desata placer en hacerlo.

> Los genes nos llevan a elegir entre quedarnos callados o entrar a opinar cuando escuchamos una mentira. Nace una presión antes de intervenir dado que el cuestionamiento no es bien admitido por nadie y ante ello tratamos en ser lo mayormente corto y objetivo (Ecuanimidad/respeto/tolerancia) Tratar en que no se sienta como una pelea para ver quién tiene la razón o está mejor informado; de hecho se de antemano que afecta el ego de las personas y hace que se sientan mal poniéndose a la expectativa y al futuro inmediato ser rechazado a menos que decida dejarlo en su ignorancia o soportar el dedo señalador. Insisto es un gen con el que se llega dotado (Genes) y es el que influye en cada uno de nosotros desde temprana edad.- Es la semilla familiar con la que nos presentamos ante los ojos de la sociedad.

Recuerdo cuando niño le preguntaba al abuelo que ¿De dónde había llegado la familia? a esta tierra.-El miraba al cielo, se quedaba callado, prendía un cigarro y solo comentaba es una larga historia que comenzó muy lejos en una tierra en donde mis padres lucharon para ser respetados, valorados, vivir seguros. Una tierra confortable sin tantas carencias, se nos enseñaba amar a Dios, a las personas mayores, padres, familiares.- Al mirar al abuelo me daba cuenta que se estaba vaciando en sentimientos encontrados, hacia un esfuerzo en platicar que no le gustaba hablar de ello y esos conocimientos y recuerdos se fueron acompañándolo a su tumba.

Lo que sí puedo encontrar en mis genes desde niño ha sido una fuerza de voluntad que me ha llevado a contar con este carácter el cual a veces no es apetecible o no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Me doy cuenta que el tiempo pasa volando y me encanta el preocuparme en buscar información dejando de lado lo que la gente piense de mi o no deje en preguntarse ¿Tan fácil fuera vivir en la diversión profana? Pero no, no puedo, me gusta estar pensando, es por ello que considero soy un tipo diferente que no encajo fácilmente en ciertos grupos los cuales al marcharme destrozan la dignidad o se la pasan escuchando en espera de que cometa un error para reprimirme fuertemente simplemente en busca de que me moleste.- Soy ese tipo de los feos no bien venidos a platicas superfluas, vánales, simples y si estoy en ellas elijo mejor no abrir la boca.

Está claro que no vivo afligido por lo que otros piensan de mi o me miren mal, como también lo estoy que los genes no son cambiables "Allí permanecen" Lo único cerca o a la mano es enmudecer, dejar que la gente a la que no le gusta leer, y es la primera en opinar continúe difundiendo sus conjeturas de lo que es el mundo, la vida, que saquen su baja autoestima, su falta de carácter, fuerza y la compartan como si fuera un manjar exquisito.- Ese es el fondo.-Cerrar los ojos, dejar que el agua corra y que digan, expresen lo que les gusta, detestan y termine uno enfadado buscando no estropear su conversación.

Quisiera pensar sobre el fondo en los sentimientos, lo que cavilo, de lo que me avergüenzo, lo que deseo cambiar pero termino tranquilizándome al valorar que de nada sirve, que solo es una carga sentimental a punto de explotar.- Es inútil, si no pienso cambiar.-Me siento perfecto, pocas veces tengo sentido en ansiedad (Me gusta enfrentar los conflictos) Cuando sueño, el inconsciente me dice que todo está bien. Si me dicen que hablaron mal de mí a mis espaldas, me tranquilizo indicándome que a palabras necias, oídos sordos (Señal que caminamos mi buen Sancho). Que lo hacen por envidia.

La crítica nos va formando una coraza más gruesa que la de una caguama, y los principios con los que somos dotados logran que las habladas no las valoremos como ofensas sino que vienen de gente que ha perdido la capacidad de amar, que reclaman porque no valen y lo peor es que ellos lo saben y no hacen nada por cambiarlo. Somos personas con voluntad transmitida por los genes, esa es la razón en que a veces no dejamos títere con cabeza cuando las mentiras se hacen presentes. No es que se busque llamar la atención ni ser catalizador de beligerancias, mucho menos generar odio, simplemente es una visión de las fortalezas y debilidades. Hay personas que no se dejan embaucar aunque a otros no les agrade y esto, no es capricho de la persona sino su tendencia genética en su avance espiritual.

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