Francisco Cruz Angulo
¿Cómo enfrentar la pandemia social como lo es la violencia del crimen organizado que continúa debilitando a nuestras instituciones policiales y procuración y administración de la justicia?
Esta es la misma pregunta que se formulan los responsables de los servicios públicos de salud en su lucha por combatir el incremento de las enfermedades crónicas degenerativas, el sida o las epidemias del Dengue, el zika y otras enfermedades estacionales.
En el primer caso coincidimos con el gobernador del estado que el incremento de policías, mejores armas y más cárceles no es garantía de abatir a las bandas delincuenciales.
En el segundo caso tampoco será garantía de abatir o/y contener dichas enfermedades creando más hospitales, contratando más médicos y enfermeras o mejorando el abastecimiento de medicamentos.
En ambos casos de no implementar el estado una política integral para hacer frente a esos dos flagelos que están descomponiendo el tejido social en los próximos años no habrá los recursos suficientes para contener esos problemas sociales.
¿Entonces cuál es la alternativa a seguir?
Sin echar las campanas al vuelo parece que el gobierno aliancista de Antonio Echevarría García ofreció a los nayaritas una respuesta, a saber, una política integral de combate al crimen organizado mediante un plan estratégico denominado "Nayarit Seguro".
Esta estrategia integral se orientará por medio de 4 ejes rectores y de 40 acciones que derivan de ellos. El primero de ellos es "Nayarit al mando", que establece la creación de 53 Centros Tácticos Nayarit completamente equipados, en los 20 municipios, para la prevención del delito y la restauración del modelo policiaco; el segundo es "Nayarit en red", que pondera la integración de diferentes sectores de la sociedad en el Consejo Ciudadano de Seguridad, así como optimizar los servicios de denuncia 089 y 911.
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