José Antonio Domínguez Suárez.
Viernes, 13 de Enero del 2012. 12:36:44 pm
Letra más grande
No me juzgues por lo que soy; la moral es como la inquisición que reprime, juzga y mata. Todo porque se piensa y se es diferente, porque se es incompatible con el grueso de la moral que rige una sociedad creyente.
El pensamiento primitivo que juzga al ser humano por su preferencia sexual es tan absurdo que sacrifican a hombres y mujeres por ser y creer diferente; padres y hermanos que marginan a su propia sangre.
Hoy en la era de las computadoras que dominan la tierra y el espacio no somos capaces de entender que por encima de una falsa moral, está la naturaleza que determina la sexualidad del ser vivo.
Es lógico que existan errores que se dan en las estructuras del núcleo de las células y como consecuencia el ser vivo no es perfecto; porque si lo fuera sería eterno. La evolución es lenta y transita a través de los siglos y la homofobia es una enfermedad que se cura saliendo del closet.
Esto que escribo lo hago como una reflexión a la pregunta que me hizo uno de mis lectores que reprueba este tipo de relaciones aduciendo que no estaba bien y que estos individuos deberían de ocultar su preferencia sexual y no exhibirse en sociedad.
En lo personal respondí; que la diversidad sexual que ha roto barreras para mí no existe ofensa alguna, porque en sus derechos nadie está por encima de ellos. Porque son seres humanos, no son seres de segunda, porque son tan inteligentes como los heterosexuales, son individuos que viven en un cuerpo equivocado. Y sin temor a fallar encajan bien en esta sociedad; en su dinámica económica, política y social. Porque miles de ejemplos existen, buenos en la cocina, diseño leyes, deportes, artes, en todos los ámbitos y además; si así son felices adelante.
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