José Octavio Camelo Avedoy
Lunes, 5 de Marzo del 2012. 4:42:16 pm
Letra más grande
Mientras las autoridades continúan con el problema nacional de obesidad infantil, concluyo que éste es un problema multifactorial y de ingresos económicos; Claro que la herencia genética cuenta; aún cuando los médicos más radicales señalan que no es verdad, que eso no cuenta para nada, que todo se limita a un proceso de ingesta/desgaste de calorías, lo cual no comparto del todo, ya que si el apartado genético no contara, no habría por qué pensar que existe mayor probabilidad de que los hijos de familiares altos sean también altos... sencillo quitarles ese argumento con un ejemplo meramente empirista; pero, que lo anterior no sea la escusa.
Retomando el factor alimenticio, el que escribe considera, que también es un factor de ingresos económicos, ya que obsérvese bien, que mucho de nuestros niños obesos están desnutridos, es decir que son gordos y desnutrido, pareciera contradictorio, pero el estar obeso o llenito ya no es sinónimo de bien alimentado, "En México, según la más reciente Encuesta Nacional de Nutrición, 1.6% de los niños menores de cinco años presenta desnutrición aguda y 11% desnutrición crónica, y entre 20% y 30% de los pequeños en edad escolar tiene obesidad." (El Universal, 2010), y es aquí en donde el ingreso económico familiar entra al debate; ya sea para que se gesten los delgados extremos u obesos malnutridos.
Al retomar únicamente el factor de obesidad y desnutrición, se debe de quitar de la cultura popular el sinónimo de obesidad bien alimentado, más allá de la genética hereditaria. Y al señalar que un factor es el ingreso familiar se parte de la lógica del mercado de alimentos. Cuando el ingreso familiar es bajo, se busca en primera instancia satisfacer las necesidades de alimento, coloquialmente se dice, "que llene la pansa", lo cual es verdad, satisfacer el hambre; ello, entonces con un ingreso bajo, eventualmente, alimento de baja calidad nutritiva, ya que el mercado de alimentos oferta alimentos para estar nutridos, y alimentos para llenar la pansa, un ejemplo: Comprar un paquete de galletas de avena adicionada con vitaminas de un costo que oscila entre los 45 pesos, o compara unas galletas de algún tipo de harina que cuestan 8 pesos el paquete, los datos anteriores son verdaderos. Queda claro entonces que el estar bien alimentados es un aspecto preponderantemente económico, (en entornos urbanos, ya que en los rurales se puede acudir a las parcelas o los frutos silvestres), aunado claro, a características culturales y de hábitos, con ello pues, al existir en México 80% de la población en algún nivel de pobreza (Boltvinik, 2011) no es de sorprender que muchos de los niños de México estén: obesos, desnutridos y pobres. Esto nadamas para señalar el caso que preocupa primariamente a las autoridades de salud, pero dicha caso puede estar análogamente representado en la población adulta. Y de los niños delgados extremos que se puede decir, que nacen desnutridos por una eventual mala alimentación de la madre, y que en no pocas ocasiones mueren en dichas condiciones.
En conclusión, el problema de la obesidad desnutrida, puede ser genético, por las nuevas actividades de la sociedad, por un cambio en los juegos infantiles, por el uso de distractores con poca actividad física, pero también por un problema de pobreza de la población mexicana, que no re-huyan a dicho tema con cortinas de humo, que dicho sea de paso, aprovechándose de un nivel de ignorancia de la población mexicana, ya que el 30% de nuestros connacionales no han estudiado ni siquiera el nivel básico, con más de 7 millones de jóvenes que Ni estudian Ni trabajan y que en muchas ocasiones el camino que ven para ellos es el delinquir, con 6 millones de Mexicanos que no saben leer ni escribir, y pudiera ofrecer más datos, pero la pregunta es ¿realmente les interesa eliminar la ignorancia y pobreza del país o mejor únicamente administrarla y seguir conduciendo al país a su antojo?, la mejor respuesta es la de Ud. estimado lector.
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