Por: Olegario Zamudio Quezada
Existen formas diferentes de manifestar desprecio por las personas, en cada región o en cada país del mundo los modismos cambian, aquí pues queda en claro, que lo que para unos la forma de manifestar desprecio, para otros esa misma forma no tiene sentido, quizás tampoco tenga justificación de esa dirección.
Por ejemplo, quien se va a enojar porque en una reunión, un wey se quita un zapato y lo lance al expositor, lo mas que diríamos los mexicanos es que esta persona es muy ocurrente, porque pudiéndole lanzar con una grabadora, un micrófono o hasta una silla, se conformo con lanzarle un zapato, dijera un restaurantero chistoso de Tepic que vende barbacoa, antes no le lanzo con las zapatillas o con las tobimedias. Pero en el mundo árabe lanzar un zapato aunque no le llegues apegar es una gran ofensa.
Otro caso es el de la chamaca mexicana que envalentonada por la presencia de su ardiente y machote Ricky Martin se quita la blusa y se la lanza al escenario, siguiendo este atrevimiento, otra de ellas, se quita los chones y se los lanza también, en menos de lo que dura Living la vida loca el templete se llena de pantaletas algunas hasta faroleadas.
Imaginen un concierto del Ricky Martin en un país árabe y que una de las morenas de arena se pone loca y se quita la burka y se la lanza al hombre del escenario, o lo que es mas, se quita las pantaletas y se las lanza con tan buen tino que le caen en la cara al artista que se avienta un golpe de tufo de lomo de camello, capas que la entierran y la matan a pedradas por caliente y engallada.
Otro modismo de hacer una gran ofensa con la palabra, en algunos países del sur de América, es llamando a un individuo pendejo, cuando los gringos tienen la convicción de que lo que de verdad chinga, es que les digan estúpid, cuan equivocados están los dos países, porque nosotros bien sabemos, que lo que ofende realmente es que te manden a chingar a tu madre.
En Japón es de buena nota, después de terminar de comer, aventarse un sonoro y melodioso eructo, pero es mala onda apuntar a alguna persona con el dedo
aquí en México tu eructas en una reunión de banquete y la primera expresión al escucharte es: Saquen a ese puerco a la chingada, por otra parte aquí en México, todos señalan con el dedo a todos y no hay tanto pedo.
En la tierra de los canguros Australia llamar a una mujer decente con el dedo índice, es una gran grosería, pues así de esa manera, solo se le llama a las putas en aquellos lugares, aquí en México todos llaman a quien sea con el dedito índice sea decente o indecente y no hay fijón.
Quiero referir con estos ejemplos, la significancia que tienen los mensajes en las sociedades del mundo, sus usos y costumbres y que en la tierra que fueres tendrás que tener mucho cuidado con tu palabra, actitud y comportamiento.
Pues el caso es que al Presidente FeliPillo Calderas en pleno grito de la independencia, los chavos del 132 se compraron de esos dispositivos de laser color verde que usan los conferencistas y le han puesto al Presidente en pleno grito de independencia el ojo de cotorra como una muestra de desprecio, es decir lo dejaron medio ciego durante los vivas y lo exhibieron ante sus auditores y ante el mundo.
A la mejor los árabes hubieran querido que le aventaran con zapatos, pero se me hace que esta muy alto el balcón, quizás los australianos habrían querido que mejor le hicieran señas con el dedito, pero no pues, cada quien sus modas, aquí en México lanzarle luz verde en los ojos en pleno discurso a una persona es señal de desprecio, un desprecio mayor que decirle estúpido o pendejearlo como dicen en sur América.
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