Filosofía Marismeña

Dar Explicaciones

Ramón Larrañaga Torróntegui

Domingo, 11 de Agosto del 2013. 3:24:20 pm

Letra más grande

Un maestro albañil, ya entrado en años, estaba listo para retirarse. Le dijo a su jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su familia. El jefe sentía mucho, ver que su buen empleado dejaba la compañía y le pidió que construyera una sola casa más, como un favor personal. El albañil accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente.

Era una desafortunada manera de terminar su carrera. Cuando el albañil terminó su trabajo y su jefe fue a inspeccionar la casa, el jefe le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, dijo, un regalo para ti" ¡Qué tragedia! Si solamente el albañil hubiese sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera diferente. Ahora tendría que vivir en la casa que construyó, de forma mediocre. Recordemos que somos los albañiles de nuestro propio destino.

Cada forma de escribir o en el decir de mis cosas trato que en el discurso se incorpore una reflexión sobre ¿Cómo veo la vida? Y sobre todo incorporo mi modo de saber, de pensar y la diferencia en el saber de otros. Socializo en el modo de escribir en expresar, trasmitir, recrear una forma de ver el pasado, presente y futuro. Una manera en la indagatoria social, su especificidad, su filosofía y mí en ver la ignorancia que llevo a cuestas en contraste con la que llevamos todos en la generalidad en un saber autentico en torno al saber mismo.

Considero que no manejo un lenguaje especializado ni un sub lenguaje, sino más bien una forma de argumentación formalizada que vaya a los compas de las insatisfacciones humanas, sin alejarme del discurso filosófico, tanto como pueda a otro discurso que encaje en sus mismas características. En unas ocasiones como el “Yo” anónimo que escribe como acercamiento al “Yo” social y, a través del cual se expresa el saber y el sentir de ciertas gentes, las que -en su origen- suelen caracterizarse como creadoras de la cultura.

Poco a poco trato en ir decantando la posible voluntad, asumiendo generalidades con reiteradas interpretaciones en busca de constituir una forma de expresión propia y colectiva en ese hallazgo individual como expresión natural y propia de las cosas sociales tal como son, analizo y reflexiono, tratando en no ser confundido o mal interpretado por manejar conceptos artificiosos como los habitual mente seguidos en la socialización como es la belleza humana y sus pasiones carnales- o los relacionados más inmediatamente con la vida cotidiana -como los referentes al trabajo o las relaciones de parentesco. Por otro, se trata de construir un discurso el cual pueda ser comparativo con muchos lenguajes y maneras en ver la religión, sin construir a través de la revelación, es decir no encontrar lo oculto sino manifestar lo sensitivo, sin llegar a situaciones que puedan ser señaladas como de tipo lumínicas, sino más bien recurriendo al aparato lógico con el que llegamos dotados.

Tenemos un problema serio los seres humanos al no admitir que el problema que expresamos y es que nuestro mundo es pequeño a pesar de la inmensidad del mismo y vamos intentando solucionarle todos los problemas a los demás ofreciéndoles sugerencias sin que ellos nos la soliciten y que de verdad luchamos por eso, aunque signifique dejar atrás nuestros propios problemas.

En realidad cuando estamos ofreciendo soluciones lo hacemos con la esperanza de que el mundo no se entere de qué es lo que nos pasa, no nos parece correcto andar por ahí llorando en los rincones y haciendo pública nuestra desgracia, preferimos pasar desapercibidos y que sepan lo menos posible de nuestra vida. Debemos y sabemos que no somos capaces en permanecer solos, nos gusta la convivencia y sobre todo la masiva, estamos hechos para la farándula para vivir con más gente, para convivir, para compartir y precisamente por eso: No podemos estar solos.

Una de las cuestiones quizás más criticables es que somos tremendamente egoístas y las preocupaciones se enfocan más en nosotros que en los demás y defendemos la cordura cuando somos nosotros los que supuestamente pusimos el principio de cordura en el acto de la otra persona la cual sufrió una situación bochornosa por no atender el consejo dado, es decir estamos todo el tiempo para alguien más y esperamos que todos sean iguales a nosotros.

Dedicamos mucho tiempo en dar consejos y vamos a la casa de los mejores amigos, familiares o simplemente en la calle explicando y platicando nuestros problemas, explicándole porqué la vida es tan mala con uno y porqué otras personas tratan en darnos una vida miserable. Nos la pasamos quejándonos de todo, lo bueno y lo malo, lo pequeño y lo grande, muchas veces ya ni siquiera importa el tamaño del problema, porque sea como sea, así nos haya picado un mosco, diremos que estamos en estado terminal y vamos a morir pronto, porque ese mosco nos lo envió un enemigo a sabiendas de que traía dengue hemorrágico.

Cuando le preguntamos a otra persona ¿Cómo estás? Casi siempre nos contesta “Bien” pero al iniciar la plática te das cuenta que no es cierto, que no está bien como dice. ¿Cuántas veces después de saber que era mentira te animaste a preguntarle qué era lo que pasaba? ¿Ninguna? Claro, es más cómodo quejarte de tu vida que intentar escuchar a alguien más, no importa las millones de veces que ese "alguien más" lo ha hecho por ti.”Nadie me escucha, me tiran a loco” Hasta aquí dejo de en dar explicaciones, la gente entiende lo que quiere entender y atiende lo que le llama la atención.