Filosofía marismeña

Página de amor

MC Ramón Larrañaga Torróntegui

Jueves, 2 de Abril del 2015. 2:32:03 pm

Letra más grande

El amor comienza por un destello de simpatía, se formaliza con la fuerza del cariño y se sintetiza en cariño. Amar, cuán grande es amar. Solamente las grandes almas pueden y saben amar. Para que haya amor, se necesita que haya afinidad de pensamientos, correspondencia en sentimientos, preocupación idéntica. El beso viene a ser la consagración de dos almas, ávidas de expresar en forma sensible lo que interiormente viven. El acto sexual viene a ser la consagración del amor. Un matrimonio perfecto es la unión de dos seres, uno que ama más y otro que ama mejor. El amor es la mejor medicina natural que existe en la vida. Cuán noble es el ser amado, cuán noble es la pareja cuando en realidad y en verdad están unidos por un vínculo de amor.

Una pareja de enamorados se torna espiritual, caritativa, servicial. Si todos los seres humanos viviesen enamorados, reinaría sobre la faz de la tierra la felicidad, la paz, la armonía, la perfección. Ciertamente una mirada, una sonrisa, un retrato, provocan en el enamorado, estados de éxtasis inexplicables. En tales momentos se siente comulgar con su amada (o) aunque se encuentre demasiado distante, así es eso que se llama amor.

Cuando la pareja está en verdad enamorada se producen dentro del organismo transformaciones maravillosas. El amor es una efusión o una emanación energética que brota de lo más hondo de la conciencia, esas radiaciones del amor, estimulan a las glándulas endocrinas de todo el organismo y ellas producen millones de hormonas que invaden los canales sanguíneos llenándolos de extraordinaria vitalidad.

En verdad, uno se asombra al ver a un anciano cuando se enamora, entonces se revitaliza y rejuvenece totalmente “Agarra color”. Solamente las grandes almas pueden y saben amar. El amor en sí mismo es una fuerza cósmica, una fuerza universal que palpita en cada átomo como palpita en cada sol. Muchos matrimonios, sin hacerlo a propósito, se descuidan tanto, que el vivir juntos se vuelve costumbre.

Llevan a sus hijos a la escuela, van al trabajo y uno, se hace cargo del hogar, de los hijos y así pueden pasar los días y los años. Uno puso todo de su parte y se esmeró en hacer cosas diferentes para superar la rutina y tiempo después se da cuenta que a pesar de sus esfuerzos la relación decayó y se deterioró.

Seguramente sí salen, tienen compromisos con los amigos, pero la cuestión va más allá de tener una vida social en común, lo importante es tener una vida compenetrada al cien por ciento, donde la comunicación y el amor son la base. ¿La falta en los detalles?. Por más anticuado que pueda parecer a estas alturas de su relación, dar y recibir muestras de afecto y de cariño, puede ser la diferencia que el amor continúe vivo o no. Después de tantos años de convivencia, conservar los detalles suena no tan fácil, pero hay que trabajar en esto. Probablemente no estaría en ese dilema de dejar a su esposa (o) si él o usted hubieran sido más atentos a lo largo del matrimonio.

Es posible se acuerden de los aniversarios, pero eso no es suficiente, de hecho es parte de la rutina, es una fecha que debían de celebrar. Se les olvidó vivir un día común y corriente como solían hacerlo cuando eran novios, dejaron de hacer locuras y de ser aventureros.

La edad no es un impedimento para seguir enamorados, el tener cuarenta (50/60) no le prohíbe decir de manera espontánea “vámonos a algún lado solos tú y yo”.



Lo malo es que muchos matrimonios se entregan a la idea de vivir juntos por la ley de la vida, olvidándose de que de ellos depende vivir intensamente día con día. Aprenda a rescatar su relación partiendo de lo bueno que tienen aunque sean pocas cosas y no la destruya más recriminando la lista de temas y actitudes que no le parecen. Los Celos. Según varios expertos, son sólo el reflejo de la inseguridad de una persona. Es cierto que a veces se siente bien sentirse celado por la pareja, pero en exceso, la pueden llevar a un divorcio, al sentirse reprimida y sin libertad.

La Sexualidad.-Parte fundamental de la pareja y, al igual que los detalles y las muestras de afecto, ésta parte se descuida. Si deja que la intimidad pierda su lugar, es seguro que el matrimonio se viene abajo. Por cansancio, por monotonía, por falta de energía o como medio de chantaje, la sexualidad pasa a segundo plano y también se convierte en parte de la rutina. Hay matrimonios que inclusive llegan a establecer días específicos, perdiendo así la magia y la chispa que la caracterizan.

Antes de tomar una decisión que cambiará el curso de su vida, concéntrese en salvar ese amor en el que alguna vez creyó. Recuerde cómo fue que se enamoró y todo eso que la llevó a decir que él (ella) era el indicada (o) para formar una familia y compartirlo todo. Transpórtese a la etapa más feliz de su relación y reviva en el presente esos momentos.

Sorpréndala (o) cualquier día con una cena especial donde cocine su platillo favorito. Fomente la comunicación, pero no para “Quejarse”, sino un diálogo constructivo donde su tono muestre preocupación y, al mismo tiempo, disposición para arreglar las diferencias. Dígale que la (o) quiere y lo importante que es para usted continuar juntos. Salgan de vacaciones, tómense un tiempo sólo para los dos, para que se reconozcan y reenciendan esa luz que por desidia dejaron en el olvido y se apagó.