Filosofía Marismeña

Trascendencia en destino

M.C. Ramón Larrañaga Torróntegui

Lunes, 21 de Marzo del 2016. 9:57:31 pm

Letra más grande

Ningún gigante de la raza humana careció de tenacidad y persistencia en su determinación. La perseverancia en el propósito y la constancia en el esfuerzo es una poderosa energía. Despierta en los demás la confianza en el perseverante. Todo el mundo cree en el individuo determinado, con tal de que se determinación sea razonable, prudente y factible, y no se determine a derribar con la cabeza las paredes, porque entonces la perseverancia es terquedad, y la determinación, locura.

Hace algunos años, cuando decidí dejar mi trabajo en la Universidad Nacional Autónoma de México y empecé a buscar de nuevo me di cuenta que esta realidad es muy triste, desgastante y hasta humillante. Conforme pasaban los días, mi necesidad en dinero aumentaba y las bolsas de los pantalones se quedaban secas. A medida que entregaba papeles y esperaba los avisos para la entrevista bajaba mi auto estima, las posibilidades en ser contratado eran menores, aumentaba el estrés.

Te das cuenta de que sin dinero, no hay forma de ser lo que tú eres frente al desgaste de un mal entrevistador o un enfermo que satisface su ego viendo como sufres mientras él siente placer al verte digerir el mal momento que te está haciendo pasar sin necesidad, pero esto le produce placer al ver sufrimiento en otra persona o casi implorar. Tienes que aceptar ese trabajo mal pagado, sin prestaciones, porque la necesidad es mayor. La necesidad es mala consejera y en su razonamiento se toman decisiones que afectan nuestra vida futura.

En la desesperación por dinero, tomamos cualquier cosa que haga como que nos pagan. Pero es posible que esa “cosa que nos pague” nos aleje de lo que verdaderamente queremos hacer o nos gusta. El razonamiento de algunos es: Tomo este trabajo mientras encuentro otro mejor y se quedan los mejores años de su vida hasta que son despedidos de forma no adecuada “Denigrante, acusados de todo” No es fácil presentarse como uno es cuando la necesidad es apremiante, mucho menos sabiendo que la tranquilidad está en juego.

Hagamos una pausa de vez en cuando para disfrutar lo que tenemos, hagamos una pausa para voltear atrás y ver el camino recorrido, y reconocer, que hemos aprendido y que hemos avanzado. Esto, para tomar aliento y energía, para seguir adelante. Amar la sinceridad, apreciar la mirada profunda, la dulzura de otros seres, reflexionar en ese pasado y disfrutar la historia de amor, regresar a comunión de las almas, los encuentros inesperados, seguir creyendo, viviendo, amando, recorriendo los caminos.

Escucho a la gente decir “Me preocupa que mis hijos no encuentren trabajo”. Mi respuesta a eso es simple: “Dales la oportunidad en que lo busquen”. Nunca los desalientes para que se rindan. Casi nada funciona la primera vez que se intenta. Sólo porque lo que estás haciendo parece que no funciona, no significa que no vaya a funcionar. Sólo significa que puede que no funcione de la forma en la que lo estás haciendo. Si fuese fácil, todo el mundo estaría haciéndolo, y tú no tendrías una oportunidad.

Cuando estás a punto de abandonar lo que estás haciendo, estás más cerca de lo que crees. Hay un antiguo proverbio chino que me encanta, y que creo que es muy cierto. Dice: “La tentación de abandonar será mayor justo cuando estés a punto de tener éxito”. Respecto a lo que sea que te preocupa, no sólo acepta lo peor que pudiera pasar, sino que además procura cuantificar qué podría ser lo peor. Muy raras veces la peor consecuencia será ni de lejos tan mala como una nube de “consecuencias indefinidas”.

Céntrate en lo que quieres que suceda. Recuerda el viejo dicho: “Según pienses, así serás”. Tómate las cosas día a día. No importa lo difícil que sea tu situación, podrás superarla si no miras demasiado lejos en el futuro, y te concentras en el momento presente. Puedes superar cualquier cosa día a día. Muévete siempre hacia adelante. Nunca dejes de invertir. Nunca dejes de mejorar. Nunca dejes de hacer cosas nuevas. En el momento en que dejas de mejorar tu persona, ésta empieza a morir. Que tu objetivo sea ser mejor cada día, en algún aspecto pequeño. Recuerda el concepto japonés “Pequeñas mejoras diarias, eventualmente se convierten en enormes ventajas”

Decide rápido. Recuerda lo que dijo el General George S. Patton: “un buen plan ejecutado violentamente hoy, es mucho mejor que un plan perfecto mañana”. Mide todo aquello que tenga importancia. Todo lo que es medido y vigilado, mejora. Todo lo que no se empuja, se deteriorará. Si quieres descubrir problemas que desconoces, tómate algo de tiempo y mira en detalle las áreas que no has examinado en un tiempo. Te garantizo que ahí habrá problemas. Presta atención a tus semejantes, pero presta más atención a lo que tú estás haciendo.

En nuestra sociedad, con nuestras reglas y un campo de juego equilibrado, tienes tanto derecho a hacer lo que estás haciendo como cualquier otro, siempre y cuando lo que hagas sea legal. No esperes que la vida sea justa. La vida no es justa. Tú creas tus propias oportunidades. Resuelve tus propios problemas.

Descubrirás que al encontrar tus propias soluciones, desarrollarás una ventaja competitiva. “Nunca se tiene éxito siguiendo a los demás”. También hay un antiguo dicho asiático que recuerdo con frecuencia, y dice: “un hombre sabio sigue su propio consejo”. No te tomes a ti mismo demasiado en serio. Relájate.

Siempre hay una razón para sonreír. Encuéntrala. Después de todo, en realidad eres afortunado sólo por estar vivo. “no estamos aquí para durar mucho, estamos aquí para pasarla bien”. La piedra para tropezar siempre está presente, no hay que temer al fracaso, a la calumnia, o al ridículo. No hay que rehuir las responsabilidades.