
M.C. Ramón Larrañaga Torróntegui
Aprende a escuchar y escucha para aprender algo nuevo, jamás dejamos de aprender. Aprende algo de todos y de todo. Cada día debes irte a la cama sintiendo que estás más completo que el día anterior y busca en especial aquellos aprendizajes que te hacen tomar una perspectiva nueva de las mismas cosas
esos son los que valen oro. Acepta.- ¿Estás aceptando tu realidad con una sonrisa? Esta es Tu vida, y tu responsabilidad es disfrutar de ella, como si no hubiera un mañana (muchos creemos que realmente no lo hay, así que a disfrutar!) Tu gente, tu familia, todos los que te conocen, están esperando que disfrutes, que te regocijes en todo lo bueno que tienes. ¿Qué tal si hacemos una lista de todas las cosas fantásticas que tienes y eres? Piensa en un par, al menos.
Haz al menos una acción que te haga sentir bien, ya sea física o espiritualmente (o ambas) y busca ir en aumento, poco a poco, tomándote el tiempo, aprende a hacerte bien, y si es necesario hazte adicto a hacerte bien. Aprende todos los días algo nuevo
hoy no vas a ser igual que ayer
tienes que crecer al menos un poco, tienes que abrirte al mundo, saber que en cada molécula allí fuera hay algo que no sabes y puede beneficiarte mucho. Tómalo, es un regalo para ti. Habla con las personas y aprende a escucharlas, mientras restringes tu auto-referencia.
Lo que cosechamos siempre es superior a lo que sembramos. Lo que recibes es un múltiplo de lo que das. La energía positiva que envías siempre regresa a ti multiplicada. Si envías odio, esa energía duplicada vuelve hacia ti. Si envías amor, esa energía centuplicada vuelve hacia ti. Si siembras una semilla de una flor, serán bellas flores las que crezcan. Si siembras una maleza con espinas, entonces plantas de espinas crecerán y sus espinas lastimaran tu piel. Nosotros tenemos el libre albedrío de elegir lo que sembraremos. Hacemos continuamente elecciones que afectan nuestra vida y la de muchos otros. Somos jugadores en un gigantesco juego, cada movimiento de un jugador individual cambia las posibilidades dentro del juego y su resultado potencial. Cada movimiento cambia las opciones de todos los jugadores restantes del juego.
Cada persona es un jugador que tiene un papel específico que desempeñar. Cuando hay reconocimiento del ser o autoconocimiento de mi papel, entonces puedo jugar el juego de la vida con propósito y éxito. El éxito me da felicidad y realización. El primer paso para interpretar el juego de la vida es conocer ¿Quién soy yo? ¿Cuál es mi papel? Soy, realmente, lo que pienso que soy Lo que hacemos, lo que decimos, lo que sentimos, todo tiene su origen en la mente. La energía de la mente humana es el pensamiento. Y está íntimamente relacionado a la atención que le prestamos a las cosas que hacemos o dejamos en hacer. Ya que le doy mayor lugar a ciertos pensamientos en detrimento de otros. Donde focalices tu atención, allí estás. Si, ves programas de televisión en donde se denigre al ser humano, tu mente se va denigrando y lo degradante lo terminas viendo como logro y no como reproceso en la moral y las buenas costumbres.
No me digas que no es genial el regalo que has recibido. Poder estar vivo y sano para disfrutarlo Incluye el humor en todo.-cuando pienses que el mundo se ríe de ti, date cuenta de que se está riendo contigo. Si pones humor en la receta del día a día, el resultado será sin dudas más positivo y útil que cuando encaras tu vida con amargura.
Piensa que todo el plan divino tiene una pizca de gracia, y siéntete a gusto apreciando esa gracia; hay que ser inteligente para verla, reconocerla, y aprovecharla. Identifica esos momentos en que nada te persigue, nada te corre, es tiempo muerto, pero tiempo de vida a la vez, tiempo en que estás contigo mismo y no tienes nada que hacer ni lugar alguno donde escapar. Enfoca en no querer irte, no pienses ni imagines mañana, quédate aquí, ahora, es el regalo más grande que cualquier ser puede recibir. Aprende a escuchar a tus habilidades, encuentra aquella/s en que te destacas, aquello que realmente haces bien y te da satisfacción hacer, e invierte en eso.
Puede ser absolutamente cualquier cosa, no interesa qué, lo importante es que cada día te encuentres haciendo un poquito más de eso que haces bien, y que te comprometas a hacerlo un poco mejor cada día, como gesto de agradecimiento por todo lo que tienes y eres. El efecto siempre es mayor a la causa.
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