MC Ramón Larrañaga Torróntegui
El sentido de lo divino parece ser un impulso venido de la naturaleza humana, una actividad fundamental que se observa tanto en el primitivo como en el civilizado. Y sus variaciones están vinculadas a diversas actividades fundamentales, en particular el sentido moral, el sentido estético y la voluntad personal. Los rituales que practica el ser humano de tipo espiritualista, son invocaciones de tipo religioso lo cual no deja de sorprendernos que es una práctica común en todo el mundo y se percibe el gozo espiritual que produce cuando se Ora con Fe El ser humano como tal es una serie de personas, una serie de máscaras que cambian conforme sus necesidades inmediatas. En cuanto a que somos inmortales, esto no ha sido demostrado, pero admitido que podría ser en esta forma a tratar de reforzar la perennidad de su alma a través de otros cuerpos y para ello le da sustento a un Dios encargado de la existencia de las cosas.
En la religión se expresa el sentido de la oración Sagrado en donde el mundo normal se encuentra alejado del juicio de la oración, por fortuna hemos logrado entender mediante la fisiología y la psicología su alcance como consecuencia de su práctica volviéndose un conocimiento muy positivo.
Gracias a la observación sistemática del sentido de la oratoria que se ha practicado a través de los tiempos por los seres humanos, ahora sabemos en qué consiste el fenómeno de la oración, la técnica de su producción y sus efectos. De hecho, la oración representa el esfuerzo del ser humano para comunicar con toda entidad incorpórea o metafísica (Ideas Eternas de Platón), antepasados guías, santos, dioses, etc., y con mayor razón todavía, con la Causa Primera, ápice de la pirámide precedente.
Lejos de consistir en un vano y monótono recitado de fórmulas, la verdadera oración representa para un ser humano un estado místico, un estado en que su conciencia aborda el ser supremo en su propio Yo. Un estado tan inaccesible como incomprensible para el filósofo y el científico. Para orar, hay que hacer el esfuerzo de tenderse hacia la Divinidad con todo el peso sensorial. Piensa en Dios con mayor frecuencia de lo que respiras
, dice Epíteto.
Y muy cortas pero frecuentes invocaciones mentales Mantras pueden mantener al ser humano en la presencia de esa divinidad. Aunque el hecho de orar ya sea en los templos o fuera de ellos tiene un papel muy constructivo y sensible humano, es tiempo que nos parece desconocido y sin embargo lo llevamos a cabo en las oraciones de cuerpo presente, en los panteones, en los templos religiosos, en casa antes de dormir o en etapas difíciles e incomprensibles en sus hechos y los porqués Ora y trabaja dice una antigua sentencia por lo que concluyo que el orar es igual a trabajar, como dice San Pablo en la epístola de los hebreos La fe es la sustancia de las cosas esperadas
Todo depende de lo que uno entienda para que nos sirve el orar y a quien hacerlo o en presencia de quien, porque quizás el hacerlo sea la llave de la puerta glorioso del entendimiento sensible humano, sea ese cuerpo de luz que permanece en la oscuridad del entendimiento en ese templo interno de las miles de almas y cuerpos que hemos recorrido a través de la estancia en el mundo terrestre para llegar a los planos celestes. Con ello puedo llegar a la conclusión de que el ser humano no ora para lograr la gloria eterna, sino más bien para calmar el espíritu que no lo deja transitar en paz con su alma y la oración se vuelve ese fabuloso tesoro siempre buscado en todas partes y nunca encontrado a pesar de estar orando en cada momento de nuestra vida física El creyente ¡Ora con fervor! El que asiste a los templos sin buscar su propia vida espiritual, espera lo que no sabe está deseando
Desde el punto de vista psicológico, el sentido de lo divino parece ser un impulso venido de la naturaleza humana, una actividad fundamental que se observa tanto en el primitivo como en el civilizado. Y sus variaciones están vinculadas a diversas actividades fundamentales, en particular el sentido moral, el sentido estético y la voluntad personal. La historia demuestra que la pérdida del sentido moral y de lo sagrado en la mayoría de los elementos constitutivos de una nación conduce a su decadencia y a su rápida esclavización por parte de los pueblos vecinos que hayan conservado lo que ella ha perdido, muy a menudo por su culpa. Grecia y Roma constituyen tristes ejemplos de ello. Recuérdese, que, cuando el sentido de lo divino llega al estadio de la intolerancia y el fanatismo, conduce a los mismos tristes resultados, por vías sencillamente inversas. Cantar desgracias que salen desde el alma, dan el mismo resultado que orar con Fe pero en sentido inverso. Si, le cantas a la desgracia, la estas llamando a gritos.
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