Acceder a la Guía

Filosofía marismeña

Amar sin egoísmo

Ramón Larrañaga Torróntegui

Domingo, 19 de Junio del 2016. 4:30:21 pm

Letra más grande

Cuando niño, mantenía una fantasía hermosa en llegar adulto y encontrar una mujer que me hiciera feliz, tuviéramos hijos. Era un romántico que dedicaba el tiempo a escribir poemas de amor que me acercaban a ese instante placentero, a esas responsabilidades que se tornan hermosas y se llega al compromiso mutuo de amar. Llegas adulto y cristalizas tus sueños en vivir todos los días de tu vida con esa persona, con ese primer hijo, esas cosas maravillosas con las que siempre soñaste. Amar y ser amado he ahí el dilema “Tenencia o amor” Olvidar o desechar los impulsos en buscar aventuras, ser egoísta o estar apoyando; preocuparse por la otra persona o estar pensando en uno, son asuntos de decisión de entrega, de hechos no palabras.

No se trata de mantenerte dentro o tener a tu pareja como si fuera un rehén al que hay que controlar o destruir si se sale de la norma o regla establecida. No se trata en estar prediciendo lo que sigue sino entender que es cuestión de dos que se convierten en tres, cuatro etc. Aceptar que se puede cambiar en ciertas cosas pero jamás reinventar otra persona acorde con lo que la otra desea. La vida está llena en relaciones ahogantes en donde seres que se quieren terminan por odiarse, se alejan al no convencer que eso era lo que se buscaba y que no se cabe dentro de ese mundo del otro.

Más allá de estar “Allí” o no, el amor es esa experiencia que todos deseamos vivir y que por circunstancias variables nos puede ampliar los horizontes o estrecharlos por falta de ayuda mutua, comprensión, esperanzas fallidas, responsabilidades incumplidas, aspiraciones truncas que nos debieran nutrir y terminan por intoxicar el alma. Encontrar la persona adecuada es construir vida futura, pero siempre algo sale mal desde lo profundo de los sentimientos al descubrir que sus hábitos no son como pensábamos y eso empieza a doler al espíritu hasta obligarnos a pensar en cambiar de aires.

Todas las cosas tienen sus límites marcados como lo tiene el amor y ese final es la ruptura como también estan las segundas oportunidades para mejorar o enmendar errores sin que se vuelva un problema recurrente que se tenga que aguantar mediante estarnos mintiendo a nosotros mismos con el fin de no llegar a donde se debe, aplazando la decisión a tomar. Culpar al otro no es la solución de los conflictos sino aprender a valorar las soluciones que nos permitan saber lo que está pensando, lo que siente y sus porqués. Tampoco lo es el no defenderse esperando ganar tiempo, eso solo es jugar al perro detrás de su propia cola dando vueltas donde mismo. El amor es hablar claro, abierto, sano, franco, honesto, de frente y sin medias tintas.

Cuando uno se enamora empieza por ponerse metas, sueños, esperanzas, alcances. Hace las cosas, no espera a que sucedan solas, averigua lo que le gusta a su pareja y trata de ir a su lado en busca de apoyarla en la consecución de lo que esta quiera. Por eso enamorarse es fácil, lo difícil es caminar juntos cuando en la vida siempre estuvieron alejados y se acaban en conocer mediante una sonrisa atractiva que los hace pensar en un futuro compartido sin saber nada uno del otro.

Una máxima que me planteaba desde niño fue que haría que las cosas sucedan, tomaría mis decisiones, ir seleccionando tener sólo aquellos que mostraran cariño hacia mí persona, respetuoso, honesto y abierto, y que se preocupan por lo que me sucedía en el día a día. Empecé a pensar que la confianza se gana y comencé a perder amigos, en los confiaba me alejaba de ellos, cuando me traicionaba era imposible que diera mi brazo a torcer porque sentía que la traición es muy dolorosa, muy profunda. Podrían pensar que la juventud me hiciera saber que estaba confundido, que debía ser más conformista, agachado, pero tenía que ser como me lo había planteado “Aguantar la soledad antes que la traición”.

La vida me fue despejando muchas dudas, sin dejar de poner piedras en el camino hasta que encontré el amor pero me salió demasiado exigente, insistente en demandar un trato mucho más allá de una simple relación.- Que importa ya.- No voy a ser la víctima, todos tenemos esa cualidad para creer que las personas nos pertenecen desde el momento en que la relación se cristaliza o madura, llega con ella los controles indeseable s que hacen te sientas atrapado sin salida “Poco saludables” Las justificaciones, el enredar la vida sentimental con las cosas materiales y que nadie estando dentro se sienta compadecido.

La vida nos da la dicha de redactar la historia como la pensamos y no se escribe para generar simpatía sino para; parar un instante y mirar hacia atrás sin ser víctima o juez porque eso no es de una persona sana de buenos principios sino hacernos cargo de lo que llevamos a cuestas y disfrutarlo en el día tras día, viviendo con el propósito en ser cada día mejores sin interrupciones, relajarnos, tranquilizarnos y pensar que el amor que se buscaba esta frente a nosotros con sus fallas y errores como nosotros mismos.

Mente fría, corazón ardiente para que chispa del amor siga latente. Ser feliz es pensar en los sentimientos de la otra persona. El amor verdadero no se pierde como la nada, está latente, solo los malos entendidos hace que se esconda. Es posible que el tiempo que inviertas en leer esto no sea lo suficiente productivo pero si debes darle espacio a tus intereses sentimentales, esos son importantes.

El Sol de Nayarit en Facebook:

Danos un voto de confianza y oprime este botón para mantenerte al tanto de cada actualización.

Comentarios

Cristina jimenez

2016-06-19 19:54:57

Me gusta porque invitada la reflexión

Agrega un Comentario
Nombre:
Cometario:
Nota.- Se recomienda discreción a la hora de vertir un comentario ya que todo lo que se escriba se publicará sin edición, restricción o censura alguna.
El Sol de Nayarit se reserva el derecho de eliminar algún comentario que considere difamatorio o que pudiera ser ofensivo para alguna persona, así como también se reserva el derecho de eliminar cualquier comentario amenazante, intimidatorio o que pretenda difundir temor o inestabilidad social.