
MC Ramón Larrañaga Torróntegui
La vida es una espera infinita con sus altos y bajos, con paciencia y desesperanza. Solo el paso de los años y los recuerdos son capaces en pensar, retroceder, añorar, en aquellos deseos y lodos que se fueron cuando se trata de amor y sientes que no distes lo que se requería en aquel instante o que no estabas preparado y huiste con el miedo en los huesos por el compromiso venidero. Se vuelve nostalgia llena en evocaciones que vuela como el viento y regresa en otro instante deseando volver analizar lo pasado y la responsabilidad que se requería. Recuerdos que sobrevuelan, suspiros apagados, noches misteriosas que los acercan entre sueños, que abrazan, besan y se marchan olvido y la esperanza.
Las personas miramos hacia el pasado, lamentándonos de oportunidades perdidas. Pensando que desperdiciamos cierta relación, recordando errores cometidos, culpando al otro o repasando que, si lo hubiera hecho, ahora sería mucho más feliz. Nos torturamos dando vueltas a los errores pasados, aquellos que ya nunca podrán cambiar Lo hecho, hecho esta. La gran cuestión es que la felicidad no está ni en el pasado, ni en el futuro, sino en el presente. Se puede recordar lo que sucedió y valorar la situación si fue positiva y, sentirte contento al recordarlo, pero esa felicidad la estás sintiendo ahora, la vives ahora, la experimentas en el momento presente, no en el pasado, y eso es lo que le da valor, lo que la hace real y lo que todo el mundo busca cuando afirma que quiere ser feliz. ¿Cómo alcanzar la felicidad? Sabiendo que depende solamente de ti, que es tu decisión ser feliz y que puedes encontrar felicidad en todo aquello que hagas día a día.
El egoísmo nos impide compartir. No todo lo que a mí me importa le puede importar de igual manera a otro. Aprendemos a dañar desde niños justificando que sí; eso es importante para Mí, es lo único que vale. Que nuestros gustos son prioritarios antes que los de los otros, deseamos que las personas miren y sientan con nuestros gustos y ojos. Ansiamos ser los protagonistas de toda platica y lo que verdaderamente importa es lo que nosotros estamos conversando, si esto no sucede salimos enojados.
Queremos que los demás hagan lo que a nosotros nos conviene, que se nos prefiera, se nos quiera. No se nace sabiendo disfrutar el compartir, tampoco es obligatorio, pero se puede aprender. Es difícil el aprender a escuchar, a mirar, observar, los actos morales. Se aprende educando el gusto, se crece encontrando caminos, escudriñando posibilidades, sabiendo dar amor y placer a la vez, por el amor que proviene de uno mismo. Nos guste o no el Ego es nuestro acompañante sin permiso que interviene en cada una de nuestras decisiones y nos forza a decidir.
El amor debe ser transparente, manifestarse, pero sin exigir ser correspondido, eso debe surgir del otro. El amor también es optimista e inocente, es vida, si nos dejáramos guiar por él, no habría guerras ni odio. El amor cuando es verdadero no duele, puesto que no oculta un ego detrás (dominación), cuando es puro solamente enriquece, ya que no es posesivo ni dominante. El amor comparte la alegría sin esperar retribuciones, por lo que todo lo que reciba de vuelta será bueno. El amor nunca siente miedo, ya que no tiene nada que perder. El miedo es el opuesto al amor, no el odio, ya que el amor es energía, un templo, mientras que el miedo es la desaparición de la energía, una tumba. Quien ama no teme.
Para llegar a amar se debe enfrentar todos aquellos dolores que siempre se han intentado evitar, ya que ambos son partes intrínsecas de la vida. El no enfrentar los dolores trae sufrimiento puesto que se acumulan y nunca desaparecen. El amor es un acto de libertad absoluta, no requiere matrimonios. Aunque para que la pareja pueda cultivarle es necesario que desaparezca la excitación, sólo ahí se volverá alegre, íntimo y auténtico y te permitirá compartir tu ser con la otra persona. Hombre y mujer se atraen porque son opuestos, pero no deben entrar en conflicto por ello. Deben conectar sus mentes; el amor es ciego por lo que requiere del entendimiento con el otro para que pueda ver. El objetivo del amor está en el interior de cada uno, pero sólo puedes encontrarlo cuando eres un todo y no puedes serlo sin el otro El que cree ser amado no necesita que los demás crean que lo aman.
El odio es complementario al amor y su función debe ser el alejar a los amantes para que puedan volver a unirse, a sentir amor como si fuera la primera vez, en su reconciliación. El amor y el odio traen consigo el amor fresco, pleno, espiritual. Es en ese momento cuando el enamorado siente su soledad y valora lo que necesita regresando para sentirse pleno, dejando el vacio y encontrando la necesidad satisfecha.
Comentarios
Chili
2022-06-05 16:45:56
Que libro es?