
MC Ramón Larrañaga Torróntegui
Exhausto me deje caer en el suelo, tratando de callar por un rato los recuerdos. Mi mundo psicológico estaba alerta en espera de más señales tratando de ubicarme en lo que realmente era. ¿A dónde se habría ido mi mente si la dejo suelta? ¿Que estará buscando? ¿Querrá regresar al pasado y su feliz niñez? ¿O habrá descubierto la manera de regresar el tiempo? ¿Estará cansada? ¿Le dolerán los recuerdos o los disfrutara? ¿Tendrá callos en los sesos que le gusta estar encima de ellos? ¿Se beneficiará EN sed y hambre de conversaciones sin principio ni fin? ¿Por qué se fue el tiempo, para que se hubiera quedado? ¿O está aquí y no lo veo...? ¿Dónde está? -grita el eco desde las entrañas, desde la cima más profunda de los sentimientos-¡Responda!
El alma; contesta: Aquí está donde siempre, ¿cómo que donde siempre? si no la ciento- Aquí; asentada dentro del entendimiento, en el sol de su luz interna, respirando ideas y exhalando frutos de sentimientos de su semilla- ¿Dónde que no los veo?- Sentados observando desde esta colina, el sol, la luna, la eternidad, y como al igual que tu cuerpo el espíritu se hace viejo, parece que muere y vaga con tu fantasma. Ese espectro de juventud que te persigue y no has sabido despegarlo para mirar la vida de frente y sin miedo. No, no hemos muerto, aunque las calles se cubran de rosas estamos presentes, aunque las pupilas no lloren agua fresca en realidad la cuerda sigue prendida; no obstante seamos pájaros desplumados y nuestro canto no despierte a la más bella doncella.
Te enterrare con la luna, con la mente y haré coronas para que cubran los pechos y cuando mueras haz un campito en tu corazón para que me recibas siempre. ¿Cómo no ser, lo que hoy soy?
Habría que preguntar de dónde vengo y lo que represento en el medio rural, de ser un estudiante Universitario Marxista y ahora cuando me paro frente a un espejo: soy feo, arrugado, enojado, polémico innecesario, el lleno de humo por el uso indiscriminado en lecturas. Es decir el que cada vez entiende menos los esfuerzos en escribir o polemizar las lecturas y encontrarle sentido a los delirios humanos. Un sinfín de artículos ignorados, escritos por un niño rural convertido en maestro con el paso de los años, criado en esa provincia mexicana tan lejos de Dios y tan cerca del infierno vivencial. Un joven que se auto promovió a la elite cultural por esfuerzo propio y que al paso de los años desestimo la erudición de sus estudios, que estuvo marcado en sus años mozos en la izquierda, y cambio su ideología al liberalismo.
Con estas credenciales fue creando la reputación desde una infancia que lo vuelve arrogante y buscador de temas en donde sus dedos se encargan de escribir lo que su mente y corazón señalan como cierto. Sabedor que en múltiples ocasiones sus datos aunque se vean precisos, no son verificables, pero que existe el entusiasmo feroz de sus ideales, manteniendo una intuición inteligente que para algunos es insostenible en asuntos de cierta relevancia.
Un ser humano que hace todo por si, mismo, que denuncia, en los medios de comunicación como una manera de provocar polémica sobre esos temas sin tratar de ocultar el rostro o mediante firmas de seudónimos y que sostiene que la peor amenaza la representan los que rezan en los templos y los que abusan o matan en las calles. Un ser que se declara culpable en no tener más éxito periodístico por no pertenecer a la pandilla de intelectuales entre los que se incluyen los creadores de mentiras o falsas esperanzas, no pertenecer a los que conspiran contra la decencia y odian que alguien los señale. Contra los que legitiman el engaño como idea desarrolladora.
Quiero considerarme como un "aprendiz de mucho, y maestro de poco". Aprendiz en múltiples oficios que se han quedado en ese larguísimo camino, pero que tengo gratos recuerdos. Aprendiz de vendedor en donde gastaba saliva la cual no era en vano, hasta aprendiz de filosofo que más de alguno de mis alumnos califico como de loco A poca gente le gusta Para que no me vean en esta forma trato de juntarme con la gente, no quedarme solo, platicar con gente y más gente sin tratar en relucir, buscar que salga lo menos de mi boca, ser un solista en la barra y que si existe el talento este sirva para mantenerme callado el mayor tiempo posible escuchando, como si el silencio fuese mi fiel compañero, eso me dará el tiempo para reflexionar, sin dar explicaciones prolongadas Me gusta pasar tiempo en solitario.
Con el tiempo he aprendido que para disfrutar algunas cosas se hace necesario ciertos requisitos, entre ellas el ser sincero, excesivamente sincero, no buscar quien me aplauda, ni buscar que otros piensen igual o equipararme con la intención en que piensen que estoy correcto o que lo que digo, no les hace mucha gracia que digamos. Pienso que no tienes porque sonreír, si lo que dicen no tiene gracia o saludar a esa persona que te cae mal, mucho menos pensar que todos somos iguales, eso es una gran mentira piadosa Cada uno somos diferentes Las personas cualquiera que esta sea tenemos malas cosas ya que nadie ha caminado en esta vida sobre rosas.
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