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Filosofía marismeña

Sainete político

MC Ramón Larrañaga Torróntegui

Miércoles, 21 de Septiembre del 2016. 1:32:49 pm

Letra más grande

El PRI, asegura que es el que manda en el estado de México y que a los otros partidos solo les queda esperar que les asesten el golpe demoledor para demostrar ¿Quién es realmente el dueño de la plaza? Por su parte el PRD se presenta en este estado con una estructura política que da pena ajena, repudiados por la sociedad, por sus mismos correligionarios. El PRD, lanzara candidato para perder, que digo para perder, para llenar el hueco electoral y justificar los gastos. No se descarta una derrota para el PRI, por parte de Acción Nacional, este partido cuenta con el espacio, momento, y es cuestión de contar con un candidato de arrastre social, sin embargo se ve lejano que el PRI entregue la plaza aún en la derrota.

Para ellos significa algo más que una gubernatura y están ungidos de victorias después de la aparatosa derrota sufrida en fechas anteriores. Un PRI que se debate entre defender las reformas de Peña Nieto y exigir candidato sin dedo santo, hecho que mantiene frustrados a muchos de sus militantes desde el arribo a la dirigencia nacional del mismo de Enrique Ochoa Reza. Es por eso que esta historia se nueve entre frustraciones, imposiciones y rumbo definido a la presidencia de México en 2018.

La legitimidad "moral" de la Presidencia de México está en juego. La política llevada hasta el día de hoy la ha convertido en un problema el cual no logra recuperar como autoridad moral que la legitime ante los ojos de la ciudadanía. Este quiebre moral a dado como consecuencia una debilidad en las acciones emprendidas las cuales son señaladas como complicidades entendidas desde dentro de lo institucional y como consecuencia el riesgo que se corre es la desconfianza total hacia la legalidad de sus actos.

Con la imposición de Ochoa Reza se demostró nuevamente que el PRI, solo obedece a un solo hombre y que las decisiones políticas son exclusivas del mismo en donde no vale más rollo que el que salga de los pinos, lo demás es mero mitote. Solo basta que Enrique Peña Nieto marque su celular y los ungidos se pongan a temblar viendo frustrados sus sueños en ser candidatos a gobernador de Coahuila, Nayarit, o Estado de México. Un celular que los baja de caballo y terminan agarrados de la greña por la disposición dada. Una de dos o se van al desorden o se acomodan lisonjeramente con quien es designado a la gubernatura.

EL problema nacional no es solo haber puesto en operación las reformas sino el perder lo ganado en credibilidad de un Presidente visto como estadista y que al final del camino sus más cercanos colaboradores sean los que pierdan lo ganado dilapidándose lo legitimado y obstinarse en ponderar mediante los medios de comunicación de un gobierno satisfecho con sus actos, son situaciones que el equipo cercano no ha sabido hacer frente y es difícil que supere en el corto plazo esta situación.

Se supone que los cercanos están para aconsejar en busca de superar, pero que se sepa hasta hoy son más equivocaciones que los aciertos y lo único en lo que salen a defenderse son los discursos justificatorio como si con ellos se pudiera reforzar las acciones encomendadas en el cargo que se ostenta “Legitimización” Acciones son amores. A los ciudadanos no les interesa el fondo de las cuestiones han perdido el interés en sus gobernantes y de manera manifiesta se escucha el hartazgo que emite desde sus labios sobre su clase política.

No hay confianza de la sociedad en sus políticos, ya no les cree y con no atender los discursos o sentencias emitidas por los Secretarios les muestran sus indiferencia, porque hay que decirlo a las personas de a pie no les importa lo que digan o dejen en decir y la forma en la que estén ejerciendo el poder. Se ha perdido el liderazgo social, la rentabilidad política, la credibilidad. Podemos pensar que la política en México está en severa crisis y esto está afectando a la sociedad en su conjunto, en su espíritu nacionalista. El ciudadano está enfermo y se siente de pronóstico reservado para que vuelva a creer y confiar en aspectos morales. El ciudadano esperaba mejoramiento en su calidad de vida, una política coherente, transparente con Secretarios y funcionarios públicos responsables. Sin embargo se topo con el uso de la intriga desde las mismas instituciones. Esto hizo que se piense y valore a todos los políticos como personas deshonestas dispuestas a esconder sus secretos, sus artimañas o esconder algo de lo que no estamos enterados.

El político se ha dedicado a buscar sus fines sin importar el interés general y de alguna forma quedan enredados en sus propias mentiras, o dicho de otro modo consiguen que las cosas se hagan mediante el uso del puesto. Enrique Peña Nieto ocupa urgentemente hacer que las cosas sucedan, que su gobierno funcione, las decisiones sean provechosas, los proyectos nacionales y para la ciudadanía se cumplan para que entregue un gobierno sin la mala fama. Enrique Peña Nieto, no es bueno ni mal gobernante simplemente el valor que este le imprima a su gobierno en el corto tiempo que le queda será la medida con lo que la historia lo mida. Lo último que este haga en beneficio de la sociedad sin manipulaciones dará la cualificación y cuantificación de su gobierno (Positivo/Negativo).

Aún cuenta con el tiempo suficiente para salir ganador o perdedor y su base es los resultados. Todos los ciudadanos sabemos quién es el presidente de México, su posición, su poder, sus relaciones como también sabemos que la confianza se gana, el honor se demuestra, la ética y moral no se pueden ocultar. Esperamos un final de gobierno integro, coherente que nos lleve a mejor calidad de vida.

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