
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Pasado que es presente.- Juventud se marchó, nostalgia lacerante en emociones en el que el antiguo poeta hacía de las suyas garabateando versos decorados con una flecha y el corazón sangrante y la dama a quien iban dirigidos jamás los tuvo entre sus manos.
Escribes para desahogar las penas o calmar el miedo a enfrentarla. Versos profundos que hieren. Amores hechos Ángeles y jamás se enteraron. Dama por la que jurabas darías la vida o morir en la oscuridad de su amor. Pasan los años y comprendes que el saber no es impedimento para la comprensión del amor y, lo eterno.- Que amar la vida es la antesala en perfección para ser procreador. Escribes poemas sin ser poeta, redactas lo bueno, lo sensible y venturoso.
La vida se va llenando de hechos, cosas nuevas, espacios andados.
Esa es la Juventud misteriosa, efímera, convulsiva, llena de aventuras que disfraza el amor y embellece el instante en forma eterna.- Engaño y pasión.- Cómplice de amor, antesala de la madurez o la decepción amarga que obliga a despertar por la noche, madrugada o el amanecer pensando en la persona amada. Amor que se presenta en cuento de hadas, fábrica de sueños y amanecer anhelando.- Peregrinar entre decepción, amargura o amor efímero.
La mire como en mucho tiempo, jamás lo había hecho. Habían corrido los mejores años en ambos, las pláticas quedaban en el pasado. Los años no respetaron su físico y el mío. Aquellos recuerdos juveniles cuando nos sentábamos en la banqueta de su casa a convivir y hablamos de música, de la vida, el amor, lo que deseábamos ser cuando adultos.
Lo que compartíamos, nos identificaba, unía en la juventud.- Visión de vida, anhelos, sueños, esperanzas, miedos. Nos veíamos muy pocas veces cuando regresábamos en vacaciones.- Nos encontrábamos, abrazábamos como si encajáramos una pieza y la otra de un rompecabezas.
Nos sentábamos fuera de su casa hasta el amanecer.
Ella y yo, buscábamos un futuro, lo soñábamos, me preguntaba ¿Qué quiero ser? Reconozco que no sabía definirlo, esto para mí era incierto, difuso, distante.- No sabía lo que llegaría a mi vida.- El mundo termina por alcanzarte, los problemas por hundirte y las esperanzas se olvidan, estés en donde estés. Incluso, si ya no hubiera nadie, él futuro te atropellaría.
No deseábamos ambos que el futuro nos agarrara esperándolo, no eran los deseos y terminamos disfrazados para abandonarlo.- Incógnita/incertidumbre.- Ahora lo veo a lo lejos y me recuerda cualquier cosa pasada, la esperanza, pasión, alegría. Recordar aquel lejano ayer, sentado esperando al día que seguía para quitarlo del almanaque y mirar por la tarde ese atardecer que termina, el beso de la buena noche. Ese lejano tiempo que inquieta el futuro, el ¿Qué dirán?
Al paso de los años construyes ese pensamiento a sabiendas que el futuro no es más que la vida misma que se escapa con el día, que es fugaz, inquieta, esperanzadora, vacilante y, nos lleva corriendo tras de ella sin dejarse atrapar.
Que la vida es la vereda que sube y baja mientras recorres su camino.- A veces de subida y en otras de bajada.- Entre el cielo y el infierno.- La espada y la pared.- Es rio que no para con sus claras y oscuras aguas sus superficialidades y las profundidades que ¿Se cruza? ¡Oh, ahoga!.- ¿A dónde vamos?
Miramos la lejanía esperanzados en no pecar de ignorancia escapando al destino que nos encierra. Nace la duda en salir a buscar horizontes o vivir en la monotonía placentera. Duda que detiene, invade el sentimiento.- Miedo, inseguridad.- Incomoda, da vueltas en la cabeza y miras hacia atrás pensando en la incertidumbre si la abandonas o dejas que pase.
Es la decisión de un viaje que cruza las emociones de cerca ante su oscuro panorama futuro y, hay que decidir si se vadea o se enfrenta sin tocar la profundidad o si tiene principio o fin.- Miras valorando los recursos.- atrás, adelante, titubeas.- Cuentas las piedras en sortear mientras caminas. Ves los pies, sin observar el suelo, alzas la vista y decides cruzar el rio con miedo. Ignoras los desafíos al saber que lograste vadear el impedimento y queda el recuerdo en el horizonte que se aleja. ¿Cuándo volverás? Nadie lo sabe. No se peca en ignorancia que duele dejar y es improbable regresar.- Lo dejado "No estará en su lugar" y no habrá manera en borrar ese recuerdo.
Al no volver tan seguido.- Nadie extraña su larga ausencia.-, solo el pasado que se desvanece en el olvido de quienes le recuerdan, convivieron, y dieron amistad. Queda ese apego que no se marcha, el cariño que se siente en lo que fue y dejo en ser.
Lo que nunca pasó y está presente en el tiempo Detenido? esperando.- Desesperas recordando lo vivido, lo marchito, el deseo insatisfecho, un recuerdo imborrable.
Regresas y, ya no hay de quien despedirte.
Regresas a enfrentar tus demonios, los que permanecen y, se clavaron sangrando la juventud.- Revives cada uno de los errores, arrepentimientos, luchando para que no acaben contigo.
Los años nos hacen madurar procurando adaptarnos a la vida cotidianas.- Es saber que se cambia por encontrar la realidad, la verdad, la alegría en ser lo que uno piensa, su tristeza en los recuerdos nostálgicos.
Es saber agradecer a la vida lo bueno y malo.
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