
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Los tiempos cambian, los hijos hacen lo que quieren en la casa, la escuela, la calle. Los padres se lamentan y culpan al mundo por lo que está pasando. Nada hay prohibido para los hijos o lo que esta es solo en su casa, lo que pase con ellos en la calle, es cosa de la calle.- ¿Quién está en lo correcto?, sin embargo un día nos marcharemos y ellos controlaran a sus hijos.
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Los padres siempre pensando en ¿Cuál es la mejor forma en educar a un hijo? A lo que le presta mayor atención es a su comportamiento y corregir sus acciones. Es difícil ser padre.- No estamos preparados para manejar su temperamento, habilidades, inteligencia, características con las que llega. Solo hacemos lo que hacían nuestros padres y una que otra lección aprendida, con ello creemos que cumplimos con la obligación y olvidamos la responsabilidad.- Construir.- Hacemos lo que podemos a nuestro entender.
Entrenamos al niño pensando lo hacemos feliz y que con ello tendrá éxito en la vida conforme a lo que pensamos es la vida social en la que vivimos. Proveemos su necesidad en subsistencia, la dedicación obligatoria de la escuela.- Este es su primer paso.- Valoramos que la comunicación la desarrollará en la escuela, la sensibilidad con una caricia o una palabra de aliento. En cuanto a su confianza creemos que con el hecho en decirle "No tengas miedo" se le quita.- Ese es nuestro estilo de vida caduco.- Y sentarnos a esperar un adulto sano, triunfante, proveedor.
Lo amamos, lo besamos, le acariciamos la cabeza, le mostramos en esta forma nuestro amor. El hijo termina por gustarle que lo minen y le resuelvan todos sus problemas inmediatos, ellos dejan en preocuparse por el mundo y sus problemas, olvidan la responsabilidad y solo reaccionan caprichosamente. Los profesores y psicólogos, nos dicen que debemos estar abrazándolos para que se sientan seguros, les demos aliento mediante palabras para que se sientan útiles. Toda la atención encima de ellos.- Dejar hacer, sin juzgar, reprimir, ser paciente, no interrumpirlos cuando hablen. Cumplir sus deseos, necesidades inmediatas, que hagan lo que ellos consideren es correcto.
Aprendemos en ser padres mediante la compasión por los malos momentos que ellos viven, amables con sus errores.- Terminamos en funcionar en reacción a sus caprichos.- No los obligamos a cumplir con sus responsabilidades, su obligación por lo tanto hacemos hijos en los que no se puede confiar que cumplan nada. Todo padre interpreta en que es un ejemplo para el hijo pero delante de ellos se vuelve grosero, irrespetuoso. Los hijos vienen dotados genéticamente de actitudes pasivas o agresivas, esos son sus profundos deseos escondidos y lo que hace el padre, la escuela es ayudarlos para que los controlen, no lo expresen en casa o en la escuela. A eso le llamamos éxito anticipado al ver el control para que no hagan lo negativo y cambien sus intereses personales, psicológicos.
A los hijos se les somete al control en disciplina mediante el castigo o recompensa, se le sanciona la actitud negativa, lo incorrecto, pero este control es muy frágil cuando no está ante los ojos del adulto "Se da vuelta el controlador y le sale su deseo". La familia se maneja mediante reglas, tratando en no tropezar con circunstancias conflictivas. Dar las condiciones necesarias para que se mantenga dentro del círculo aceptable, pero la sociedad lo puede destruir en cualquier instante. El niño y el adulto aprendieron a mentir para no ser castigados, saben cómo funciona la violencia, lo que les puede dañar en sus relaciones.
Han estado en contacto con ella dentro del hogar y en la escuela. Saben lo que es una humillación, se ven amenazados constantemente.- El padre lo humilla, la madre, el profesor, el vecino, el grupo infantil.- Así funciona la sociedad.- Los errores no son para corregir, sino para esconder lo malo y buscar ser apoyado por otro cómplice.
El niño tímido termina en ser malo para afianzar su debilidad ante los demás.- Las etiquetas sociales se encargan en valorar los comportamientos sin importar los principios con la idea en que las personas cambian con el tiempo y que conforme crece vaya sanando hasta volverse bueno.
La pregunta es ¿Quién obliga a respetar? ¿Quién tiene este derecho? Si entre los padres no se da, entre los profesores tampoco y mucho menos con los de su edad. La familia comparte comportamientos y dificultades para educarlo otros piensan que terminara siendo una carga.
La pareja humilla a su consorte, le exige resolver los asuntos de los hijos, la deja decidir y la hace culpable.- La responsabilidad, no se entiende como tal, se discute frente al mismo.- Nace el sentimiento de culpa, se expresa en queja sin respuesta, se exagera, se pierde la confianza, la relación y los propósitos.- No comparten experiencias.- Viene una negociación a destiempo, luego no desean volver a escuchar, se olvidan de lo que está pasando. Así brota el silencio culpable en su mente. Esto, es lo que está pasando de modo que podemos continuar en nuestro lugar, que es el de la comodidad y seguir culpando a la vida, y a los hijos de lo que pasa.
La debilidad de la Institución "Escuela pública", su población, el entorno social en la que se desenvuelve, los grupos vulnerables, la familia de bajos ingresos, (Privados de lo elemental), se vuelve un conflicto en círculo con la ley. Los niños dejaron en ser educados en el patriotismo, se premia la promoción extranjera, el valor cultural se deterioró y los jóvenes se ven sin oportunidades.- La Institución piensa que con dar cursos, excursiones, exposiciones, concursos de oratoria, poseía, cuento cumple con el proyecto de nación, sin penetrar en la desigualdad como condición inmediata para el buen uso de lo aprendido ¿Dónde está su utilidad? ¿Justificar los resultados?
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