René Órnelas/El Sol de Nayarit
Ante el impacto ecológico que implicaría la construcción de la Presa Hidroeléctrica Las Cruces, en Nayarit, el senador del PRD, Francisco Javier Castellón Fonseca, propuso al Ejecutivo federal y al gobierno del estado realizar una consulta pública que contemple a instituciones y especialistas en la materia, así como a habitantes aledaños al lugar de la construcción, para escuchar su opinión sobre este proyecto.
En un punto de acuerdo, que fue turnado a la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Castellón Fonseca también solicitó a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) un estudio sobre el impacto ambiental que causaría la construcción de la Presa Hidroeléctrica Las Cruces, en el torrente del Río San Pedro, Nayarit.
Javier Castellón explicó que desde el anuncio de la construcción de esta presa hidroeléctrica sobre el torrente del Río San Pedro, habitantes de los municipios de Ruiz, Santiago Ixcuintla, Tuxpan y Rosamorada, han estado en contra de la obra.
Resaltó que la negativa de campesinos y ejidatarios se debe a que afectarían gravemente las aguas del Río San Pedro,lo cual traería efectos sanitarios para todos los municipios del norte del estado, donde la falta de sanidad del líquido ha acarreado efectos graves a la población y afectado seriamente a la producción agrícola.
Indicó que con la edificación de otras presas en el país se ha aumentado la capacidad de generar energía eléctrica, pero en Nayarit la situación ha sido distinta, pues sólo se han creado empleos temporales, y se ha perjudicado gravemente a las comunidades alrededor de las tres presas existentes, las cuales siguen sin luz eléctrica, y a la mayoría de sus pobladores aún no se les ha indemnizado por la afectación sufrida en sus tierras.
Castellón Fonseca consideró que no es oportuno provocar daños ecológicos por este tipo de construcciones, ya que detener el cauce del Río San Pedro originaría un mayor desequilibrio en la zona norte de Nayarit, por lo que prácticamente el área estuarina de manglares se perdería para siempre. Se provocaría el deterioro y la muerte de miles de especies acuáticas y de miles de hectáreas de bosque.
Una construcción de este tipo debe contar con el consenso de todos los actores involucrados, y con el aval de quienes serían los principales perjudicados. Es importantísimo que tanto el gobierno federal como el estatal, valoren el impacto ambiental que una construcción de este tipo representa, ya que los daños al medio ambiente serán irreversibles, concluyó Francisco Javier Castellón Fonseca.
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