*Al menos 47 policías resultaron heridos, al disipar un enfrentamiento entre jóvenes católicos y protestantes
Agencia/El Sol de Nayarit
Las agresiones se registraron la víspera en los alrededores del barrio Carlisle Circus y la carretera de Antrim, al norte de la capital norirlandesa, un barrio tradicionalmente protestante, según la edición electrónica del diario Belfast Telegraph.
Los disturbios se desataron el domingo por la tarde, luego de que un grupo musical afín al partido Sinn Fein, antiguo brazo político del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), atravesó en un desfile el barrio de Carlisle Circus, desatando la ira de los protestantes.
Al desfile acudieron unos 350 católicos en el barrio protestante, fue considerado una provocación por parte de jóvenes protestantes, que armados con palos, ladrillos y otros objetos atacaron a los participantes.
El superintendente de la PSNI, George Clarke, explicó que para contener los ánimos se ordenó el despliegue de decenas de policías, que fueron agredidos con piedras y bombas incendiarías por miembro de ambos bandos.
En un comunicado, Clarke expresó su indignación por la violencia surgida y por la agresión que sufrieron los uniformados, cuyo único fin era separar a los jóvenes y evitar una tragedia mayor.
El jefe policiaco destacó que los agentes de la PSNI quedaron prácticamente atrapados entre las dos líneas de fuego. Los disturbios provocaron lesiones a 47 miembros de la PSNI, cuatro de ellos con heridas de gravedad, por lo que fueron trasladados a un hospital cercano, donde su estado de la salud se mantiene bajo reserva.
Para contener los disturbios, la PSNI utilizó durante la madrugada de este lunes un cañón de agua para dispersar a los manifestantes y regresar la calma a la zona, según un portavoz de la Policía, citado por el diario norirlandés.
La policía también detuvo a un adolescente de 17 años, causado de incitar la violencia contra los agentes policíacos y por comportamiento desenfrenado.
En su declaración el jefe de la Policía también expresó su apoyo y solidaridad a las personas y las comunidades afectadas por los actos de violencia, que consideró trae graves consecuencias tanto para católicos, como protestantes.
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