Corrupción en Centros Penitenciarios es auspiciada desde las más altas esferas en el poder

Valeria Rodríguez/Vale por México

Martes, 16 de Febrero del 2016. 6:26:25 pm

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A tan solo 5 días de que se haya registrado en Nuevo León la crisis más grave de la historia de México, que dejó 49 reos muertos y 12 heridos en el penal del Topo Chico; este martes poco después de las 3:00 de la tarde se registró un tiroteo en el interior del penal estatal de Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Medios locales reportaban que aún a las 4:00 de la tarde se escuchan detonaciones de arma de fuego al interior del penal y que el motín había iniciado con una riña entre reos que se encontraban en el módulo destinado para los presos que cometieron delitos federales.

Para esa hora, se desconocía con precisión el número de lesionados, algunos medios reportaban al menos 6 heridos, otros aseguraban que había 12 lesionados y se desconocía si había víctimas fatales, mientras que elementos de todas las corporaciones, incluyendo Policía Federal y elementos del Ejército trataban de retomar el control del penal.

Más tarde la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas emitió un escueto comunicado, sólo refiriendo que al interior del Centro de Ejecución y Sanciones se había suscitado una riña entre internos del penal, con saldo de 8 personas con lesiones leves que fueron atendidas en el área de enfermería del propio reclusorio y hasta la realización de este escrito no ha habido ninguna otra declaración oficial.

Desde la semana pasada que reporté los hechos ocurridos en el penal del Topo Chico en Nuevo León, expuse la grave situación en la que se encuentran los penales estatales en todo el país, donde existe sobrepoblación y una desmedida corrupción orquestada desde las más altas esferas de poder en los Estados que involucra a reos de alta peligrosidad para controlar la población al interior de los centros penitenciarios, traficando con objetos desde los más comunes, hasta con alcohol, droga y prostitución, convirtiéndose en un negocio de miles de millones de pesos para algunos funcionarios públicos y gobernantes estatales.

Como muestra, basta ver las celdas de lujo desmanteladas en el penal del Topo Chico, las que estaban equipadas con salas, aire acondicionados, pantallas, frigobares, televisiones digitales y hasta acuarios y baños saunas, como si se tratara de un hotel de 5 estrellas.

Por si fuera poco, al interior de ese penal se retiraron 280 puestos semifijos de alimentos, abarrotes y un bar que era controlado por la red criminal que controlaba el Topo Chico.

Por supuesto que de estos excesos las autoridades del centro penitenciario tenían responsabilidad y después del motín que dejó 49 muertos y 12 heridos, fueron detenidos: Gregoria Salazar Robles, directora del Topo Chico; Jesús Fernando Domínguez Jaramillo, Subcomisionado de Administración Penitenciaria y José Reyes Hernández Aguilar, custodio del penal por delitos de homicidio calificado y abuso de autoridad.

Ésta es nuestra realidad, los penales en México son una bomba de tiempo y sólo espero que los cambios hechos por las autoridades del gobierno de Nuevo León que ahora hacen alarde de haber acabado con los privilegios en Topo Chico, sea una realidad, y no sólo una estrategia para tomar el control por parte de un reciente gobierno que ahora quiera una jugosa tajada como la que obtienen las autoridades en todo lo largo y ancho de nuestro México.